Gracias a la serie de Netflix “Monstruo: la historia de Jeffrey Dahmer” hemos podido conocer más sobre el “Carnicero de Milwaukee”, uno de los asesinos en serie más sanguinarios de la historia de Estados Unidos.
Dahmer se cobró 17 vidas y fue en busca de la 18 cuando fue arrestado. Sin embargo, tiempo antes pudo haber sido capturado por John Balcerzak y Joseph Gabrish, los policías que ingresaron a su casa. Pero lo dejaron seguir con sus crímenes por creer que era inofensivo.
“Hasta el día de hoy creo que hicimos lo correcto, lo mejor que pudimos”, afirmó Balcerzak.
Gabrish, por su parte, comentó que fue la “amabilidad de Dahmer” lo que hizo que no revisasen sus antecedentes penales.
La víctima número 18 de Jeffrey Dahmer que afortunadamente logró salvarse fue Tracy Edwards, que luego de huir dio aviso a la policía que realizó la esperada captura del homicida en serie.
Balcerzak y Joseph Gabrish, pudieron haber evitado una de las primeras muertes, y a priori, las siguientes. Estos agentes podrían haber impedido la muerte de Konerak Sinthasomphone, un adolescente de 14 años al que Jeffrey Dahmer había secuestrado y drogado.
En primera instancia, Konerak consiguió escapar y llamar a la policía. Poco después, los tres fueron hacia donde estaba Jeffrey, que afirmó que su cautivo había bebido en exceso y consiguió que los policías le dejaran con él. Luego le quitó la vida.
Una vez consumado el asesinato, Balcerzak y Gabrish fueron expulsados inmediatamente del cuerpo de la Policía de Milwaukee. No obstante, la Justicia falló a favor de ellos y fueron readmitidos tres años después, recibiendo una indemnización que rondaba los 55 mil dólares.
De ahí en adelante las vidas de los policías cambiaron para bien. En 2005 Balcerzak fue ascendido a presidente de la Asociación de Policía de Milwaukee, rol que ocupó hasta 2009. Mientras tanto, Joseph Gabrish se trasladó de Milwaukee a Grafton, donde llegó a ser jefe interino del Departamento de Policía.