Un estudiante de Mar del Plata vivió una experiencia angustiante cuando fue dejado atrás en el aeropuerto de Bariloche luego de su viaje de egresados. La coordinadora del viaje olvidó al joven en la sala de embarque, lo que generó indignación y preocupación en sus padres. Ante la falta de respuestas por parte de la empresa organizadora del viaje, la familia está considerando iniciar acciones legales.
Lautaro, de 17 años, se encontraba esperando su vuelo de regreso luego de un periplo de diez días que incluía excursiones, esquí y noches de boliche en Bariloche. Sin embargo, se quedó dormido en el aeropuerto y el joven fue dejado atrás en la sala de embarque.
Fue el propio egresado quien informó a sus padres sobre lo sucedido a través de un mensaje de texto. A pesar de la preocupación inicial de su padre, confió en que todo saldría bien. Sin embargo, la familia se encontró con la falta de comunicación por parte de la empresa de viajes Max Dream, quienes no se pusieron en contacto para informar sobre lo ocurrido.
La noticia del olvido del menor fue dada a conocer por una prima a través de Twitter, generando una cadena de comentarios y críticas hacia la empresa. Los compañeros de viaje de Lautaro ya habían llegado a Mar del Plata en otro vuelo, mientras que él tuvo que regresar solo en otro vuelo hasta Aeroparque para luego tomarse un ómnibus hasta Mar del Plata.
La falta de información y la ausencia de la coordinadora del viaje generaron aún más preocupación en la familia, quienes tuvieron que buscar respuestas por sus propios medios. La prima del joven explicó que este quedó varado en el aeropuerto porque se había dormido y cuando intentó embarcar la puerta del avión ya se encontraba cerrada.
Finalmente, Lautaro fue llevado en avión a Buenos Aires, donde lo esperaba una coordinadora para recoger su equipaje y luego fue trasladado en micro a Mar del Plata. Su arribo a la estación de la ciudad ocurrió pasada la madrugada del martes, dejando al joven profundamente afectado por la experiencia.
Los padres de Lautaro buscaron respuestas en las oficinas de la empresa organizadora del viaje, pero no obtuvieron ninguna explicación ni responsabilidad asumida por parte de los gerentes. Ante esta situación, la familia está evaluando emprender acciones legales y ya consultó a un abogado.