En tiempos de virales en redes sociales, no es sorpresa que una teoría conspirativa se traslade a la vida real y genere preocupación en la sociedad. En Rosario, una joven denunció a un taxista por un presunto intento de secuestro y abuso sexual, ya que el hombre mencionó comidas asociadas a los códigos del “pizzagate”, la famosa y supuesta red de trata y pedofilia que operaría en Estados Unidos.
“El taxista empezó a escuchar un audio donde un hombre le detallaba tipos de comidas que le pedía. El primero fue ‘carlito con jamón, sin mayonesa y con ketchup’. Y yo pensé que debía ser algo ilegal, porque no es un delivery, es un taxista. Entonces en ese momento empecé a mandar mi ubicación en el grupo que tengo con mis amigas, a describirlo por texto al señor y les empecé a decir a ellas que me daba miedo porque actuaba raro”, declaró la muchacha en sus redes sociales, mientras estallaba en llanto y alertaba sobre el supuesto caso de “pizzagate” en Argentina.
El video en cuestión tomó fuerte repercusión en las redes sociales, especialmente en Twitter. Mientras algunos acusaban de exagerada a la chica, otros hacían énfasis en la cruda realidad que deben enfrentar las mujeres al salir de casa, teniendo en cuenta la cantidad de femicidios y violaciones.
No obstante, el taxista de 53 años dio su versión, así como la familia, que presentó ante la Justicia pruebas de los audios. En ellos, el chofer y su hijo hablaban de empanadas, de tostados con manteca y hasta un pedido de compra de cervezas, “porque por acá está todo cerrado”.
La Justicia deberá tomar tanto el relato de la supuesta víctima como las pruebas del taxista y registros de cámaras de seguridad para determinar si es cierto el intento de secuestro y abuso. Pero en un principio se trataría de una mala percepción de la charla telefónica por parte de la joven, sin delito.
¿Qué es “pizzagate”?
El nombre proviene de una teoría conspirativa nacida en 2016 y divulgada ampliamente en las redes sociales. Se dice que la pizzería Comet Ping Pong de Washington era el epicentro de una presunta red de pedofilia ligada al Partido Demócrata y a Hillary Clinton, excandidata contra Donald Trump en las elecciones presidenciales.
Para sumar leña al asunto, WikiLeaks compartió y filtró correos electrónicos de John Podesta, gerente de campaña de Clinton. Los defensores de la idea del “pizzagate” leyeron los textos y alegaron que contenían palabras clave para la pedofilia y la trata de personas. El rol de la pizzería Comet Ping Pong era crucial: sede de los abusos, las torturas y los rituales macabros.
El caso cruzó la barrera de consumo en redes sociales, agregó a más personalidades... y arribó rápidamente a la realidad.
Edgar Maddison Welch, un hombre de 28 años, llegó armado el 4 de diciembre de 2016 al negocio de pizzas y disparó sin causar heridos, presuntamente con el objetivo de salvar a niños de una supuesta red de esclavitud sexual. El tiroteo generó teorías sobre que la conspiración era más grande.
Los defensores del “pizzagate” dijeron que el arresto de Welch fue solo una “bandera falsa”, un término que “utilizan para acciones encubiertas o de distracción y que son orquestadas por el gobierno u otros grupos poderosos”.
Más tarde, y después de la revelación de Anonymus, los conspiranoicos acusaron a Trump de ser parte de la red de pedofilia, debido a su “amistad cercana” con Jeffrey Epstein, el millonario estadunidense que abusó sexualmente de varios adolescentes y que se suicidó en prisión en agosto de 2019.
¿Cuáles son los códigos del “pizzagate”?
Los investigadores del “pizzagate” establecieron una serie de traducciones para identificar posibles abusos sexuales y secuestros. La información, por supuesto, también se viralizó en las redes sociales.
El término “pizza de queso” se había utilizado previamente como código para “pornografía infantil”. Pero un usuario anónimo especuló que más términos relacionados con los alimentos también podrían tener un doble significado. Así se originó una larga variedad de palabras con definiciones extrañas, incluso de la propia fachada de la pizzería, asociada a Satanás.
Palabras como “pollo y pasta”, “pizza”, “helado”, “hot dog” y “queso” representaban presuntos códigos para hablar de porno, niñas, niños y pedofilia. Así, por ejemplo, “helado” es un prostituto, mientras que “pollo y pasta” significa un “varón muy pequeño”.
Otro famoso añadido a los códigos del “pizzagate” fue Justin Bieber. Precisamente, el videoclip de su canción “Yummy”.
El cantante aparece en un lujoso restaurante repleto de comensales adultos de aspecto elegante y adinerado. Mientras todos ellos disfrutan de un delicioso festín, un grupo de niños ameniza la velada tocando música. Al final del banquete, cuando Bieber se ha quedado prácticamente a solas en la estancia, ante la mesa llena de sobras, se enfoca un plato con un pedazo de pastel que enseguida desaparece para mostrar una foto de sí mismo de niño.
Pese a la insistencia de algunos usuarios de internet, la teoría ha sido ampliamente desacreditada por una amplia gama de organizaciones, incluyendo el Departamento de la Policía Metropolitana del Distrito de Columbia.