En el mundo de los rituales energéticos, la sal ocupa un lugar destacado por su capacidad de purificación.
Lavarse las manos con sal al inicio de cada mes se ha convertido en una práctica común para quienes buscan renovar energías, limpiar cargas negativas y empezar un nuevo ciclo con mayor equilibrio. Aunque este ritual puede parecer simple, en realidad está cargado de significado y tradición.
La sal es reconocida desde la antigüedad como un elemento de protección y purificación. En muchas culturas, se cree que tiene el poder de absorber las malas energías y liberar bloqueos.
Este ritual de lavarse las manos con sal al comienzo de un mes nuevo simboliza el acto de dejar atrás cualquier negatividad que pudo haberse acumulado en el mes anterior y abrir las puertas a nuevas oportunidades y energías positivas.
¿Cómo realizar el ritual?
Para llevar a cabo este ritual, simplemente necesitas una pequeña cantidad de sal gruesa o sal marina y agua. Sigue estos pasos:
- Coloca la sal en tus manos y frótala suavemente, enfocándote en la intención de limpiar tu energía y liberar cualquier carga negativa.
- Luego, enjuaga tus manos con agua corriente, visualizando cómo el agua se lleva cualquier energía residual.
- Mientras te lavas, puedes repetir una frase como “Dejo ir lo viejo y recibo lo nuevo”, o cualquier otra que represente para ti la intención de comenzar el mes con buenas energías.
¿Qué beneficios tiene?
Este ritual es, ante todo, un acto de auto-cuidado y de conexión con uno mismo. Al realizarlo, no solo limpias tus manos, sino que también enfocas tu mente y tu energía en un nuevo comienzo.
Lavarse las manos con sal ayuda a renovar la vitalidad y a recordar que el inicio de cada mes es una oportunidad para renacer, liberarse de lo que no necesitamos y manifestar nuestras intenciones.
Este pequeño gesto puede convertirse en un momento de introspección y preparación para el mes que empieza, alineándonos con una energía más positiva y receptiva.