El 25 de diciembre marcó el fin imprevisto del B1058, el cohete más longevo de SpaceX. Después de lanzar con éxito 43 satélites Starlink al espacio, el propulsor Falcon 9 se precipitó en el océano Atlántico según comunicó la empresa de Elon Musk por redes sociales.
Luego de haber aterrizado con éxito en la barcaza autónoma Just Read the Instructions, un fuerte temporal lo derribó en su vuelta al Puerto Cañaveral (Florida, Estados Unidos). Aunque las imágenes revelan daños en la parte inferior, SpaceX confía en recuperar los nueve motores Merlin.
Según explicó SpaceX, los nuevos propulsores Falcon tienen patas de aterrizaje mejoradas que cumplen con la capacidad de autonivelarse y mitigar estos tipos de problemas.
Un cohete reconocido por su histórico papel en el lanzamiento de astronautas estadounidenses al espacio. Entre sus misiones más importantes, el B1058 participó en Demo-2 en mayo de 2020.
Allí llevó a los astronautas de la NASA Bob Behnken y Doug Hurley a la Estación Espacial Internacional, marcando el primero de once viajes tripulados de SpaceX. Recorridos realizados a bordo de sus cápsulas Dragon, en los cuales se transportó 42 personas al espacio.
Mediante un comunicado en la plataforma X (antes Twitter), SpaceX informó que este cohete líder en vida de la flota Falcon completó su lanzamiento y aterrizaje número 19 el pasado 23 de diciembre. A lo largo de tres años y medio, este propulsor reutilizable desplegó dos astronautas y más de 860 satélites, totalizando más de 260 toneladas métricas.
Además, el B1058 hizo historia al convertirse en el primer propulsor de SpaceX en realizar exitosamente catorce vuelos y superó todos los récords al despegar y aterrizar cinco veces más.
A pesar de los logros mencionados, estaba planificado que el cohete realizaría un viaje adicional al espacio antes de encontrarse con su destino final.