Nano López, quien no quiso revelar su nombre de pila porque asegura que “es de viejo y nadie me conoce así” tiene 28 años y este finde protagonizó una situación muy particular en el boliche: estaba cansado y como había perdido a sus amigos se fue a dormir al auto envuelto en una frazada, hasta que ellos decidieran irse.
“Me aburrí en el boliche y para no dejar tirados a los pibes, me vine a dormir al auto”, escribió en su cuenta de Twitter “@NanocaslaLopez”, y adjuntó una foto en la que se lo ven unas piernas envueltas en una frazada, el volante del auto y de fondo el estacionamiento del boliche Wabi.
En diálogo con Diario Los Andes, Nano contó que desde el martes pasado había quedado con sus amigos de comer un costillar y un vacío a la llama el sábado para ver la final de la Champions, por lo que habían estado desde las 12 del mediodía “tomando algo, tocando la guitarra hasta que arrancó el partido, y estuvimos como hasta las 19 que se fueron todos”.
Cuando se quedó solo cuenta que se tiró un rato a dormir “la siesta del cheto” y al despertar tenía ganas de salir a bailar. “Mis amigos con los que salgo siempre no querían salir y me escribieron dos amigos con los que decidimos ir a Wabi. Yo hacía como 8 meses que no salía a bailar, porque antes había trabajado en boliches y como coordinador en Bariloche y como que ya no me daban ganas de salir pero esta vez fuimos”, contó López.
Nano cuenta que se juntaron a las 22:30 y como a las 00 fueron para el local bailable, “fuimos entramos y no había nadie todavía, tomamos un par de gin pero todavía como que no empezaba el boliche” y luego siguió narrando el momento clave de la noche: “Como a las 2.30 me perdí de los chicos, no nos encontramos más y dije ‘uh joya este es el momento para irme a dormir al auto‘ y arranqué para afuera como un campeón”.
El joven de 28 años dijo que al salir el hombre de seguridad le preguntó si se iba a lo que él contestó “si, mañana laburo”. Pero en diálogo con este medio confirmo que en realidad “no me daba para decirle ‘si, me voy porque soy un viejo choto que se va a dormir al auto”.
“Saqué las frazadas del baúl, que siempre llevo por el granizo, que ahora ahora en el invierno son un golazo, y entré al auto”, continuó y añadió “les dije a uno de los chicos que me escribió por WhatsApp ‘baila hasta que te pinte y nos vamos”.
“Me envolví como un canelón y me hice una almohada con un par de camperas de los chicos y me planche”, recordó Nano, orgulloso de su accionar. Sus amigos volvieron como a las 6 de la mañana y ahí los llevó cada uno a su casa.
El momento que se volvió viral
Sobre la decisión de subirlo a la red social del pajarito él asegura que “Lo subí a Twitter por boludear, pero nunca pensé que iba a ser un twittazo o que la iba a pegar. Cuando lo prendí al otro día se volvió loco el celular, parecía que le iba a dar un infarto y pensé que había pasado algo, pero era Twitter”.
Reflexionando sobre por qué cree que se viralizó, el joven afirma que para él “todo el mundo estaba en la misma de que le daba paja salir a bailar y salía porque no le quedaba otra. El comentario que más leí fue ‘podría ser yo”.
Según Nano, lo mejor era salir en la pandemia a bares o boliches porque “salíamos temprano y a las 3 te decían ‘tasa tasa’, eso era clave”.
Para finalizar, el twittero contó una anécdota que no esperaba que le pasara nunca: “Lo que más risa me dio es que hoy me escribió un pública de Nikki ofreciéndome que saliera ahí y tenía todo gratis, como diciéndome que ahí no me iba a aburrir. Me podrían ofrecer hamburguesas y se los voy a agradecer más jaja”.