Las empresas de la famosa “influencer” italiana Chiara Farragni recibieron una multa de más de un millón de euros. Según informó hoy la Autoridad Garante de la Competencia y el Mercado (AGCOM) de Italia, la compañía Balocco, también involucrada, deberá pagar 420.000 euros por “práctica comercial incorrecta”.
Dichas sociedades les comunicaron a los consumidores que al comprar un pan dulce navideño de Balocco y mencionando a la influencer, iban a contribuir con una donación al Hospital Regina Margherita de Turín, lo cual resultó falso.
La donación era de 50.000 euros y ya había sido realizada por Balocco meses atrás, mientras que las empresas vinculadas a Chiara Ferragni recaudaron más de un millón de euros gracias a esta iniciativa.
La Autoridad Antimonopolio “sancionó a las sociedades Fenice y TBS Crew, que gestionan las marcas y los derechos relativos a la personalidad y la identidad personal de Chiara Ferragni, respectivamente, por 400.000 euros y 675.000 euros, y a Balocco por 420.000 euros”.
Las tres empresas que trabajan con Ferragni fueron imputadas por “haber incurrido en una práctica comercial desleal al anunciar el ‘Pandoro Pink Christmas’, que llevaba el nombre de Chiara Ferragni, dando a entender a los consumidores que, al comprarlo, habrían contribuido a una donación al Hospital Regina Margherita de Turín para adquirir una nueva maquinaria para el tratamiento terapéutico de niños con osteosarcoma y sarcoma de Ewing”.
Además, la AGCOM en su comunicado escribió: “Las sociedades Fenice y TBS Crew cobraron más de un millón de euros en concepto de remuneración por la licencia de las marcas de Ferragni y por la realización de los contenidos publicitarios sin pagar nada al Hospital Regina Margherita de Turín”.
Principalmente, las acciones tomadas por el Antimonopolio destaca que la práctica desleal se comprobó en varias acciones, como “hacer creer, en el comunicado de prensa de presentación de la iniciativa, que al comprar el ‘Pandoro Pink Christmas’ por más de 9 euros, en lugar de alrededor de 3,70 euros del pandoro sin marca, los consumidores contribuirían a la donación que, de hecho, ya había hecho Balocco”.
Además de la donación y la participación de la influencer, “se ofrecía al público a un precio de aproximadamente dos veces y media del Pandoro clásico” (se vendía por 9 euros en lugar de 3,70), lo que “también había contribuido a inducir a error a los consumidores al reforzar su percepción de que podían contribuir a la donación”.
“Esta práctica ha limitado considerablemente la libertad de elección de los consumidores al aumentar su sensibilidad hacia las iniciativas benéficas, en particular las destinadas a ayudar a los niños afectados por enfermedades graves”, lo que supone “una práctica comercial desleal, caracterizada por elementos engañosos”, concluye el organismo.