Luciano Castro está finalizando una exitosa temporada en Mar del Plata. Enamoradísimo de Flor Vigna, el actor se luce en El divorcio, obra que protagoniza junto a Natalie Pérez, Carla Conte y Pablo Rago que le valió un premio Estrella de Mar a mejor actor de comedia, según Paparazzi.
La historia teatral es un boom en La Feliz y, cada noche, la salida de la sala se convierte en un pequeño torbellino de fans que quieren sacarse fotos, ver de cerca a los actores y, también, intentar lograr un abrazo, un beso, etc.
Esa situación de tumulto y más que un toqueteo es algo que se repite, sobre todo a Luciano, cuyos pectorales y brazos trabajados a puro entrenamiento en el gimnasio atraen mucho la atención y resultan, para más de uno, demasiado “tentadores”.
Ante esto, ¿ qué hace Castro cada vez que a alguien se le va la mano e invade su espacio personal sin su consentimiento? Pone límites. Así lo contó el actor, en Agarrate Catalina, por La Once Diez/ Radio de la Ciudad, donde habló de la popularidad y el éxito que le llegó en este momento de su carrera.
“Yo soy re popular. A mí la gente me ve y me abraza porque muchos años seguidos estuve dentro de sus casas sin querer queriendo, cuando la tele era la tele y no podías ver otra cosa, a las 9 de la noche, sentado a la mesa junto a tu familia. Yo estaba ahí”, arrancó el artista.
Luego de contar que esos acercamientos con fanáticos no siempre son respetuosos, Luciano explicó cómo procede: “Les digo. Cuando me dicen: ‘Uh, que tetas’ y me las tocan, les digo ‘Y si yo te las toco a vos, ¿qué pasa?’, refiriéndome al cambio social y cultural que estamos viviendo”.
“Ahí me dan la razón y me piden disculpas. “Perdoname. Es con cariño”, me dicen. Pero yo se los digo. Yo hablo con la gente, no soy político; no tengo que esconderme y no le debo nada a nadie. Si la gente me habla, yo también les puedo hablar”, siguió.
Finalmente, el ex de Sabrina Rojas insistió en que no tiene problemas con saludar a la salida de cada función, siempre que sea en un marco de respeto: “Yo voy y me saco una foto con cada uno de los que me lo pide, porque aprendí que eso también es parte de mi trabajo”.