Las manchas de óxido suelen ser un problema común en la limpieza del hogar. Aunque puedan parecer permanentes, eliminarlas no es complicado si seguís algunos trucos simples y caseros. La razón de este problema suele ser el agua con alto contenido mineral, objetos metálicos en contacto con el agua o el desgaste del esmalte del lavabo.
Limpieza del sarro en baño y cocina
Cómo realizar la limpieza del óxido en la comodidad del hogar.
Las causas de la aparición del óxido
La oxidación en el lavabo se produce principalmente por tres causas.
- La primera es el uso de agua dura, rica en minerales, que al secarse deja residuos que se oxidan fácilmente.
- La segunda, muy común, es dejar objetos metálicos como pinzas, aros o cepillos directamente sobre el lavabo. Al mojarse, sueltan óxido y eso mancha la cerámica.
- La tercera es el desgaste del esmalte de lavabos de porcelana, que con el tiempo se vuelve más vulnerable a la corrosión.
Limpieza del sarro en baño y cocina
Trucos para eliminar estas manchas
Para eliminar estas manchas, existen métodos muy eficaces que podés aplicar con lo que tenés en casa.
- El vinagre blanco es ideal: aplicalo sobre la mancha, dejalo actuar unos minutos y frotá con una esponja húmeda. Si querés potenciar su efecto, calentalo un poco antes de usarlo.
- Otra alternativa efectiva es hacer una pasta de bicarbonato con agua, aplicarla sobre la zona oxidada, dejarla reposar 10 minutos y luego cepillar con suavidad. También podés usar una mezcla de limón y sal: exprimí el jugo del limón, cubrí la mancha con sal, y luego verté el jugo encima. Dejá actuar 20 minutos y enjuagá.
Si preferís ir por lo comercial, los removedores de óxido con ácido fosfórico, como WD-40, son excelentes para este tipo de limpieza profunda.
Truco de limpieza
El vinagre y el bicarbonato pueden eliminar el óxido del baño.
Cómo prevenir futuras manchas
Para prevenir futuras manchas, mantené una limpieza frecuente, secá las superficies después de usarlas y evitá dejar objetos metálicos sobre el lavabo. Si vivís en una zona con agua muy dura, podés instalar descalcificadores o usar productos antióxido regularmente. También conviene aplicar un sellador protector en lavabos con esmalte desgastado. No te olvides de ventilar bien el baño después de ducharte: la humedad constante favorece la aparición de óxido, moho y bacterias.