Las heladeras en la mayoría de los hogares a lo largo y ancho del mundo cuentan con imanes que las decorar. Suelen ser suvenires, recuerdos de lugares turísticos, letras, números o accesorios que funcionan como ayuda memoria.
Pero así como pululan dichos imanes también se dispersa por internet una explicación un tanto dudosa sobre el aumento de consumo de la electricidad originado en los “campos electromagnéticos” que generarían y que, además, arruinarían los alimentos que están en el interior del artefacto.
¿Los imanes aumentan el gasto de energía?
Según lo señalaron distintos especialistas, los imanes que se colocan en la heladera generan campos magnéticos pero son tan débiles no generan ningún tipo de modificación sobre la corriente eléctrica.
Los factores que sí influyen en el aumento del gasto de electricidad son su eficiencia y el uso que hagamos del propio electrodoméstico. Además, colocar junto a la heladera otros aparatos que generan calor como hornos o radiadores sí pueden contribuir a subir la temperatura del electrodoméstico y que, por consiguiente, su compresor deba trabajar más para mantener el frío.
Otros tips para proteger la temperatura del aparato son no tener la puerta abierta demasiado tiempo, poner el termostato a una temperatura adecuada -entre 4 y 6 grados- y la correcta organización de los productos en su interior.
Por su parte, el único riesgo potencial de tener imanes en la heladera radica en aquellos modelos que incluyen una pantalla táctil. Los mencionados adornos podrían generar distorsiones sobre la pantalla pero solo si tienen una potencia significativamente superior, como la de los electroimanes o superimanes.