Durante siglos se ha querido comprobar que los dragones, seres mitológicos y colosales, son reales. O que al menos han existido en algún momento y han volado por la faz de la Tierra. Pero recientemente un joven publicó por las redes una imagen que ha dejado a miles desconcertados, además de generar todo tipo de respuestas sobre las posibilidades de poder tener en las manos a uno de estos especimes.
En las leyendas y mitologías de todas las civilizaciones se ha hablado constantemente de la presencia de pequeñas y grandes especies de animales, que usualmente escupían fuego, o bien eran representación de la grandeza o temidos por quienes se enfrentaban a ellos. Pero a pesar de las incansables búsquedas, no se ha encontrado nada que pueda certificar su existencia.
Sin embargo, existe en el Sudeste Asiático una especie que al menos le puede hacer algo de honor a su memoria. Los Dracos Voladores.
Uriel De Simoni, un usuario de Twitter, compartió una foto en donde se veía un extraño lagarto que lucía orgulloso unas alas amarillas y rojas. “A este rey lo encontraron en el Sudeste asiático y es un lagarto que vuela. Si, señora, un dragón”, escribió en la publicación que ya rondaba en los 120 mil likes.
En un principio, muchos usuarios le respondieron recordando series y películas como Harry Potter y Juego de Tronos, aunque luego Uriel debió salir a contestar algunos comentarios que realmente no entendían que su expresión de “dragón”, era un supuesto por el parecido. Acá sus respuestas:
Los Dracos Voladores
Son conocidos también como “dragones voladores”, pero en realidad son de la familia de los lagartos Agamidae. Suelen vivir en los árboles de los bosques tropicales del sudeste asiático y en realidad son lo más parecido que se puede ver a un dragón en la vida real. Y hasta vuelan.
Miden entre 20 a 26 centímetros de largo, las membranas que poseen al costado de su tronco es lo que les permite planear de árbol a árbol, llegando hasta unos 60 metros de distancia. A diferencia de la dieta carnívora con la que aterran sus leyendas antiguas, los dracos se alimentan de todo tipo de insectos, sobre todo hormigas arbóreas.
Las pocas veces que seres humanos pueden verlos y hasta tocarlos, es cuando bajan de las copas de los árboles para aparearse. Allí también pueden verse sus alas, porque en el cortejo de apareamiento, el macho muestra sus membranas para atraer a la hembra.