El limón no solo realza el sabor de los alimentos, sino que también ofrece múltiples beneficios para la salud. Sin embargo, hay que utilizarlo de manera equilibrada y tener en cuenta algunas contraindicaciones. A continuación, repasamos cuatro razones para integrarlo a tu dieta diaria y algunos cuidados esenciales.
1. Refuerza el sistema inmunológico
El limón es una fuente rica en vitamina C, un nutriente esencial que ayuda a fortalecer las defensas del cuerpo. Consumirlo regularmente contribuye a prevenir resfriados y otras infecciones.
2. Favorece la digestión
Agregar unas gotas de limón en ensaladas o pescados estimula la producción de bilis en el hígado, lo que mejora la digestión de las grasas. Es ideal para personas que buscan mantener un sistema digestivo saludable.
3. Promueve la hidratación
El limón tiene un alto contenido de agua y electrolitos, lo que lo convierte en un complemento perfecto para evitar la deshidratación en épocas de calor o después de practicar actividad física.
4. Propiedades antioxidantes
Su contenido en antioxidantes ayuda a combatir el envejecimiento prematuro de las células y a mantener una piel más saludable.
Precauciones al consumir limón
Aunque es un aliado para muchas comidas, su uso debe ser moderado. Agregar entre 10 y 20 ml (unas gotas) por plato es suficiente. No combina bien con alimentos lácteos como leche o yogur, ya que puede cortarlos, ni con ciertos mariscos debido al riesgo de oxidación.
Las personas con problemas de acidez estomacal, úlceras o sensibilidad dental deberían evitar el uso excesivo de limón, ya que su acidez puede agravar estas condiciones.
El limón aporta sabor y salud en platos como ensaladas, carnes y pescados. Pero su uso debe ser consciente, respetando las porciones adecuadas y las restricciones según cada persona. Consultá siempre con un médico si tenés dudas sobre su consumo.