Locho Loccisano se ganó el corazón del público y se transformó en el favorito de “El Hotel de los Famosos”. Como él mismo bromea, era el menos conocido de los participantes, pero logró alcanzar la popularidad al haber sido el “excluido” entre sus compañeros.
Si bien en los últimos años tuvo varias participaciones televisivas, fue su paso por el reality de Eltrece el que lo puso en el lugar de “famoso”. Anteriormente había participado de La Tribuna de Guido (ElTrece), Combate (El Nueve) y, dos años después en Tenemos Wi-fi (KZO).
Además, trabajó con Pamela David a quien considera su “mamá en los medios”. La conductora y el joven forjaron una amistad cuando lo convocaron para asistirla en La rueda de tus sueños (América).
Ahora, sumará a su currículum su participación en el nuevo programa de Marcelo Tinelli. La producción convocó a Locho para que sea uno de los 100 jurados de “Canta Conmigo Ahora”, el nuevo programa que se estrena el próximo lunes 25 por la pantalla de Eltrece.
El dolor de Locho Loccisano al recordar un accidente en su adolescencia
Si bien Locho Loccisano fue uno de los cinco mejores jugadores del Hotel de los Famosos, donde demostró tenes un gran estado físico, en su adolescencia sufrió un grave accidente por el que tuvieron que operarlo y hasta le dejó secuelas, que pasaron desapercibidas en los juegos del reality que conduce Pampita y el Chino Leunis.
A los 13 años, Locho quiso probar suerte como biker, por lo que pasaba tardes enteras probando hacer saltos con su bicicleta a toda velocidad, según contó en una nota que dio a la salida del reality a Teleshow con el periodista Sebastián Soldano.
Allí, el artista contó que se llevó por delante un poso y “salió volando”. “En esa milésima de segundo en la que te das cuenta de que vas a golpear el piso con la cabeza, puse el brazo para protegerme y el impacto me pulverizó el codo. Se quebró en 40 partes”, contó en la entrevista.
A raíz de esta situación, estuvo internado un mes y fue sometido a dos operaciones. “Me pusieron ocho pernos y dos placas metálicas. La primera cirugía duró más de 10 horas, con decirte que los médicos paraban para comer...”, resaltó.
tres años después lo volvieron a operar y recuerda que transitó todo a través del humor porque eso lo ayudaba a distraerse. Pese al buen trabajo de los médicos, le quedó una limitación de por vida: “Yo no puedo extender el brazo derecho, tampoco retraerlo por completo”.
