A Rosa le faltan pocos días para cumplir 15 años. Vive con su mamá, Paola, que mantiene su casa sola vendiendo pan, y su hermano Tommy, de 8 años, en un barrio ubicado a 45 minutos del centro de Córdoba capital. Es tímida y le cuesta entrar en confianza. Pero cuando lo hace, cuenta que su banda favorita es BTS, que justo acaban de separarse.
Hace algunas semanas, Rosa vivió un momento muy difícil. Se descompensó, tuvo convulsiones y su mamá la llevó al hospital para que la estabilizaran. Cuando volvieron a la casa de Nuestro Hogar II, se encontraron con la peor noticia: la puerta estaba abierta, y adentro todo estaba revuelto: todo lo que tenían preparado para la fiesta de 15 había desaparecido. Desde las bebidas hasta los souvenirs, pero había algo más valioso que también se habían llevado.
Rosa, asustada, corrió hasta su cuarto. Y comprobó lo que temía: el vestido que había elegido para su noche soñada también había desaparecido. Madre e hija lloraron desconsoladas, pero Paola le prometió que ella tendría la fiesta de 15 que habían soñado. “Trabajé durante dos años y medio para poder hacerle la fiesta a mi hija levantándome a las 4 de la mañana todos los días”, le dijo a TN. “Cuando vi todo así, lloraba y lloraba, otra cosa no podía hacer. Pero le dije a ella: ‘No te preocupes, hija, voy a seguir luchando para que tengas tu fiesta’”.
La noticia del robo trascendió, las redes sociales hicieron lo suyo y la gente colaboró con mucho, pero faltaba el vestido. La buena noticia llegaría unos días más tarde: Benito Fernández, convocado por TN Estilo, le haría el vestido de 15 a Rosa. “Cuando me llamaron no lo dudé. No hay nada peor que ver sufrir a un hijo. Soy padre y lo sé. Uno no importa, pero a los hijos uno siempre quiere protegerlos. Me conmovió la historia de Paola que es una mujer luchadora y de Rosa que es una persona muy sensible”, comentó el diseñador.
Rosa en al atelier de Benito Fernández
Rosa y Paola se subieron por primera vez a un avión con destino a Buenos Aires un jueves por la noche: querían conocer el Obelisco y fue una de las primeras cosas que hicieron apenas se levantaron al día siguiente en la gran ciudad. Luego comenzó el rally fashionista en el atelier del diseñador Benito Fernández, el elegido de Máxima de Holanda, Pampita, Valeria Mazza y muchas otras famosas.
Madre e hija estaban nerviosas y cuando apareció Fernández, Paola empezó a llorar de la emoción. Benito puso un toque de humor, pero el momento movilizó a todos los que estaban ahí. Luego, llegó el gran momento: apareció el vestido blanco, con falda de tul y hombros al descubierto. Tímidamente, Rosa entró al probador y luego el modisto le dio los últimos toques y le agregó un cinto con strass. “Esta tira la compré en Nueva York, de la época cuando viajábamos....”, dijo.
Un sueño cumplido y el comienzo de otros
“La madre no paraba de llorar, con Rosa decíamos que estaba casi más emocionada que ella”, comentó Fernández a TN casi al final de la cita donde todo terminó con un gran abrazo entre los tres.
Durante la prueba, Rosa se había probado unas sandalias altas con strass de la marca Camen Steffens para complementar su vestido. Las caminó un buen rato, pero finalmente se decidió por un par de borceguies blancos de cuero. “Así vas a estar más canchera”, le dijo Benito, experto como pocos en materia de looks.
Durante la prueba del vestido, además, Rosa contó que había pensado en teñirse el pelo color rosa para su fiesta de 15. Fue entonces que Claudio Cerini la invitó a uno de sus salones y luego de varias horas, la quinceañera estrenó su cambio de color. Además, recibió como regalo un set de maquillaje de Regina Kuligosvsky que quiso colaborar con ella cuando se enteró de la historia. Para Paola, hubo un regalo de Adriana Costantini: un equipo de blusa y un pantalón de terciopelo negro para la noche de la fiesta.
“Mi mamá es todo, madre hay una sola y la mía es la mejor. Siempre está conmigo, en las buenas y en las malas”, dice Rosa emocionada. Paola también deja caer algunas lágrimas en un día muy movilizador. “Todo esto es un sueño para nosotras”, dijo. Es que los sueños, ya lo dicen los cuentos, a veces se hacen realidad.