Argentina está repleta de rincones mágicos, pero pocos son tan únicos y sorprendentes como las Termas del río Jordán.
Escondidas en las yungas de Jujuy, estas piscinas naturales de aguas turquesas ofrecen mucho más que un baño reparador: son una invitación a reconectar con la naturaleza en su estado más puro.
Cómo llegar a este paraíso
El punto de partida para esta aventura es San Francisco, un pequeño pueblo ubicado a unos 160 kilómetros de San Salvador de Jujuy.
El camino hasta allí, repleto de curvas y paisajes increíbles, es solo el comienzo de la experiencia.
Desde San Francisco, el acceso a las termas se realiza a pie. El sendero, de aproximadamente dos horas de caminata, atraviesa la selva jujeña con sus bosques húmedos y frondosos.
El trayecto es de dificultad media, con algunos tramos empinados, pero cada paso vale la pena. Los guías locales, siempre dispuestos a acompañar a los viajeros, recomiendan madrugar para aprovechar el recorrido antes de que el sol alcance su pico.
Un baño revitalizante en aguas termales
Lo que hace únicas a las Termas del río Jordán son sus aguas tibias, que oscilan entre los 20 y 30 grados Celsius.
Estas aguas, ricas en minerales como sulfatos, cloruros y sodio, no solo ofrecen un alivio para el cuerpo, sino que también tienen beneficios para la piel.
“Dicen que es excelente para problemas cutáneos”, aseguran quienes han visitado este rincón escondido.
Los piletones naturales tienen diferentes profundidades, que varían entre 3 centímetros y 3 metros, y su impresionante color turquesa es el resultado de su alta mineralización. Además, el entorno está rodeado de cerros rojizos, creando un contraste visual único.
Qué podés hacer en las termas
Las Termas del río Jordán no son solo un lugar para relajarse. Los más aventureros pueden aprovechar el tobogán natural que conecta algunas de las piscinas.
También es un lugar ideal para explorar la biodiversidad de la región: la fauna y la flora de las yungas jujeñas sorprenden a cada paso. Si llevás un snorkel, podés observar peces y pequeños organismos en el agua cristalina.
El entorno es completamente natural y aún se mantiene poco conocido, lo que lo convierte
en un refugio para quienes buscan tranquilidad lejos de los destinos más concurridos.
Cuándo visitarlas y qué tener en cuenta
Por las condiciones climáticas de la zona, estas termas solo están abiertas al público entre junio y noviembre. Es fundamental iniciar la caminata temprano, idealmente antes de las 9:00 de la mañana, para evitar el calor intenso del mediodía y disfrutar al máximo de la experiencia.
