El mundo de las razas caninas es vasto y diverso, pero a lo largo de la historia, algunas razas han desaparecido para siempre.
Estos perros, que alguna vez fueron valorados por sus características únicas, se extinguieron por una combinación de factores, desde la evolución de las necesidades humanas hasta cambios en sus entornos naturales.
Poi Hawaiano: el compañero ancestral de las islas
El Poi Hawaiano fue una raza nativa de las islas hawaianas y tuvo un papel significativo en la cultura polinesia antigua. Estos perros eran pequeños, de cuerpo robusto y patas cortas, con un pelaje corto y de color variado, que iba desde el negro hasta tonos marrones y grisáceos.
Lo que hacía al Poi Hawaiano particularmente interesante era su dieta basada en poi, un alimento tradicional hawaiano hecho de la raíz de taro.
Esto, a lo largo de los siglos, modificó su biología, llevándolos a tener un estómago más adaptado a una dieta vegetal, a diferencia de la mayoría de los perros, que son carnívoros por naturaleza.
Sin embargo, con la llegada de los colonizadores occidentales y sus perros, el Poi Hawaiano comenzó a cruzarse con otras razas, lo que llevó a su eventual desaparición como raza pura. Hoy, el Poi Hawaiano es un símbolo del pasado cultural de Hawái, pero lamentablemente, ya no existe.
Braco de Puy: el elegante cazador francés
El Braco de Puy fue una raza de perros originaria de la región de Puy, en Francia. Este perro de caza se distinguía por su elegancia y habilidad en la caza de aves.
Tenía un cuerpo esbelto y atlético, con una cabeza alargada y orejas caídas, lo que le confería un aspecto refinado. Su pelaje era corto y denso, con colores que variaban entre el blanco con manchas marrones o negras.
El Braco de Puy fue altamente valorado en los círculos de caza de la nobleza francesa durante los siglos XVIII y XIX. Era conocido por su agudo sentido del olfato y su capacidad para rastrear presas a largas distancias, lo que lo convirtió en un compañero indispensable para los cazadores.
Desafortunadamente, a medida que las técnicas de caza evolucionaron y otras razas más especializadas ganaron popularidad, el Braco de Puy comenzó a perder terreno.
Al no poder competir con razas más adaptadas a las nuevas demandas de los cazadores, la raza desapareció gradualmente.
