Esta receta innovadora permite a las familias disfrutar de una pizza deliciosa y saludable sin necesidad de pasar horas en la cocina. Con ingredientes básicos y un proceso sencillo, cualquiera puede convertirse en un maestro pizzero en poco tiempo.
El secreto de esta pizza rápida radica en la utilización de una base de tortilla de harina en lugar de la tradicional masa de pizza, que suele requerir tiempo de preparación y levado. Para comenzar, es necesario pre-calentar el horno a 220 grados Celsius. Mientras el horno se calienta, se prepara la base colocando una tortilla de harina sobre una bandeja para hornear.
El siguiente paso es la salsa. En esta receta, se recomienda utilizar salsa de tomate lista para usar, que se puede encontrar fácilmente en cualquier supermercado. Extiende una capa generosa de salsa de tomate sobre la tortilla, asegurándote de cubrir bien los bordes para obtener una pizza jugosa en cada bocado.
A continuación, llega el momento del queso. Se puede utilizar queso mozzarella rallado, que es el favorito clásico para las pizzas, aunque cualquier otro tipo de queso que se derrita bien también funcionará. Espolvorea una buena cantidad de queso sobre la salsa de tomate, cubriendo toda la superficie.
Las variedades de la pizza
Los ingredientes adicionales son al gusto. Para una pizza margarita clásica, se puede añadir simplemente hojas de albahaca fresca.
Si prefieres algo más sustancioso, considera agregar rodajas de pepperoni, champiñones, pimientos, aceitunas o cualquier otro ingrediente que tengas a mano. La versatilidad de esta receta permite personalizar la pizza según las preferencias personales.
Una vez que todos los ingredientes estén en su lugar, la pizza se hornea durante unos 5-7 minutos, o hasta que el queso esté burbujeante y dorado. Debido a la base delgada de tortilla, el tiempo de cocción es significativamente más rápido que el de una pizza tradicional.