El risotto es un clásico de la cocina italiana que a menudo parece complicado de preparar, pero con esta receta rápida y sencilla, podrás disfrutar de un risotto cremoso y delicioso en tu propia casa.
Con ingredientes básicos y un poco de paciencia, lograrás un plato digno de restaurante. Aquí el paso a paso.
Ingredientes:
- 1 cucharada de aceite de oliva (o mantequilla)
- 1 cebolla mediana, cortada en cubitos
- 1½ taza de arroz
- 4 tazas de caldo de pollo (o verduras)
- 3 cucharadas de queso rallado
Procedimiento:
- Precalentar el caldo: Comienza calentando el caldo en una olla a fuego alto. Una vez que hierva, reduce el fuego al mínimo y deja la olla en la parte posterior de la estufa para que el caldo se mantenga caliente.
- Saltear las cebollas: En un wok o sartén grande, calienta el aceite de oliva (o mantequilla) a fuego medio-alto. Agrega la cebolla cortada en cubitos y sofríe hasta que esté suave y transparente, aproximadamente 5 minutos. Es importante no dorar la cebolla, solo ablandarla.
- Tostar el arroz: Añade el arroz Arborio a la sartén con las cebollas y cocina durante un minuto, revolviendo constantemente, hasta que los bordes de los granos de arroz se vuelvan transparentes. Esto ayuda a sellar el arroz y a darle una textura perfecta.
- Agregar el caldo gradualmente: Empieza a añadir el caldo, un cucharón a la vez. Remueve constantemente y permite que el arroz absorba el caldo antes de añadir más. Este proceso es clave para obtener un risotto cremoso. Continúa así durante unos 15-20 minutos, hasta que el arroz esté al dente y tenga una textura cremosa.
- Agregar los ingredientes finales: Si vas a usar verduras, agrégalas cuando el caldo esté casi evaporado o con el penúltimo cucharón, dependiendo de si están crudas o cocidas. Cuando el arroz esté en su punto, baja el fuego a medio-bajo y añade la mantequilla (si decides usarla) y las 3 cucharadas de queso parmesano rallado. Revuelve bien para que se integre todo y añade el último cucharón de caldo.
- Reposo y servicio: Retira la sartén del fuego, cubre y deja reposar el risotto durante 3-5 minutos. Esto permite que los sabores se asienten y la textura se vuelva aún más cremosa. Sirve el risotto caliente, con un poco más de queso parmesano rallado por encima para darle un toque extra de sabor.