Cuando el tiempo apremia y el estómago ruge, un omelette siempre puede acudir al rescate con una receta simple. Esta preparación versátil se convierte en una alternativa para un almuerzo o cena rápida, nutritiva y deliciosa.
La receta básica, esa que es solo con huevos y queso, ya se consolidó, pero el omelette va mucho más allá: su esencia adaptable lo convierte en un lienzo en blanco para la creatividad culinaria. Verduras salteadas, jamón, tocino, champiñones, espinacas, tomates cherry, las posibilidades son infinitas.
Además de ser una comida adaptable a todo momento, el omelette ofrece un sinfín de beneficios. Su alto contenido en proteínas lo convierte en una fuente de energía ideal para afrontar la jornada. Además, la variedad de ingredientes que podemos incorporar permite sumar vitaminas, minerales y fibras esenciales.
Los ingredientes para el omelette
- 2 huevos.
- 1 cebolla en tiras finas.
- 100 gr. de champiñones en láminas.
- 60 gr. de mozzarella rallada.
- 2 cdas. de perejil picado.
- 40 cc. de leche.
- Sal, pimienta.
- Aceite de oliva.
Para preparar un omelette delicioso y nutritivo, se debe primero calentar una sartén con un poco de aceite de oliva. Luego, se añade la cebolla picada y se rehoga hasta que esté transparente, seguido por la incorporación de los champiñones, cocinándolos hasta que estén tiernos. Se condimenta la mezcla con sal, pimienta y perejil picado a gusto, y se reserva en un plato.
En un bowl, se baten los huevos con la leche hasta obtener una mezcla homogénea, condimentando con sal y pimienta al gusto. Posteriormente, se vierte la mezcla de huevo en la sartén caliente con un poco de aceite de oliva y se cocina sin revolver hasta que el huevo esté ligeramente cocido.
En el centro del omelette, se coloca la mezcla de cebolla y champiñones reservados, añadiendo queso mozzarella rallado al gusto. Para cerrar el omelette, se doblan los lados hacia el centro, superponiéndolos ligeramente, y se deja dorar la parte inferior durante unos minutos más.