A veces, muchas empresas prohíben que sus empleados asistan a trabajar con tatuajes o piercing en lugares visibles o un color de pelo diferente. Este es el caso de Emily Benschoter, una joven de 29 años oriunda de Georgia, a quien le prohibieron acudir a su empleo con el pelo de color rosa. Sin embargo, decidió enfrentar los estándares de vestimenta impuestos por sus jefes y asistió con unas extravagantes pelucas.
“Teñirme el cabello para un trabajo en el que trabajo durante 40 horas a la semana no era una opción”, expresó Benschoter en una entrevista Newsweek. “Soy una persona autoexpresiva y me siento muy segura con el cabello rosado, así que se me ocurrió una solución para mantener el trabajo y mi cabello”.
Según su testimonio en el medio mencionado anteriormente, la joven fue seleccionada para su empleo y no le pidieron que mostrase su cara. Sin embargo, a la hora de presentarse a su puesto de atención al público en la industria hotelera, le negaron que pudiese llevar un color de pelo que no responda a los colores naturales.
“Es deshumanizante que no pueda ser aceptada al pie de la letra porque mi cabello es de un color no tradicional. Es tan superficial que mi color de cabello sea un obstáculo”, se quejó Emily. Después de esto, la joven tomó una rotunda decisión y comenzó a ponerse pelucas para ocultar el color de su cabello.
Dicha decisión, rápidamente se convirtió en un divertido juego de pelucas en el que, cada día, se anima a ponerse una peluca distinta y cada vez más extravagante. “Cuando tienes el cabello rosado pero la corporación no lo aprueba, así que usas pelucas terribles”, se lee en uno de los vídeos virales que esta usuaria de Tiktok subió a su perfil y que ya recolectó medio millón de visualizaciones.
Entre los numerosos vídeos que compartió, se ven pelucas de estilo samurái, afro, rubias hasta incluso alguna que recuerda a Mozart. “Prefiero mi cabello rosado, soy yo hasta la médula. Pero bueno, ahora elijo pelucas extravagantes a propósito, lo cual es bastante divertido”, expresó.
La decisión de ponerse pelucas de estilos excéntricos para trabajar sería, en este sentido, completamente intencionada. “Cuanto peor sea la peluca, mejor”, explicó en esa misma entrevista. “Es una forma de abrir la conversación con los clientes que piensan que es una locura que tenga que cubrir mi cabello rosa”.