Este fin se semana se viralizó una fotografía del Papa Francisco usando un particular atuendo. En la imagen se ve a Bergoglio vestido con una campera blanca muy moderna, similar a la que usan los futbolistas o algunos artistas urbanos.
El estilo extravagante, que supuestamente había elegido el Sumo Pontífice, llamó la atención de los usuarios y las redes se llenaron de memes y comparaciones.
Sin embargo, algunas horas después aclararon que se trataba de una fotografía que había sido creada con una herramienta de Inteligencia Artificial (IA).
A través de su perfil en Instagram @antifallen explicó que como fue el proceso. El usuario usó la aplicación MidJourney para crear la imagen del Papa.
La aclaración fue para muchos una decepción, ya que les había gustado la idea de un Papa con más “flow”. Para otros significó una nueva preocupación, ya que con tanta precisión creen que dentro de poco tiempo será muy difícil distinguir que es real y que no lo es.
Artistas vs Inteligencia Artificial
En Estados Unidos artistas indignados con la Inteligencia Artificial Generativa (IAG) libran una batalla en internet y en los tribunales en defensa de los derechos de autor. Los demandantes reclaman que la tecnología copia en segundos los estilos que a ellos les llevó años desarrollar.
La IAG crea contenido nuevo a partir de la recopilación de información existente, es capaz de dibujar un perro como lo haría la dibujante Sarah Andersen, o una ninfa como lo haría la ilustradora Karla Ortiz.
Las nuevas obras se hacen sin el consentimiento, el crédito o la compensación de su autor: las tres “C” en el centro de la lucha contra esta apropiación.
A raíz de esto, en enero, artistas como Andersen y Ortiz presentaron ante una corte federal estadounidense una demanda colectiva contra las empresas detrás de DreamUp, Midjourney y Stable Diffusion, tres herramientas de IAG para crear arte a partir de miles de millones de imágenes tomadas de internet.
En dialogo con la agencia de noticia AFP, Andersen dijo que se sintió “íntimamente agraviada” la primera vez que vio un dibujo creado por IAG en el estilo de su cómic “Fangs”.
Su reacción de indignación en Twitter se viralizó y otros artistas se le acercaron con casos similares. Quienes apoyan la demanda esperan fijar un precedente contra los generadores de IA artísticos.