Historias que nos inspiran y enseñan. Por Twitter se ha vuelto viral un corto video que muestra la sencillez de la niñez así como el poder de la amistad, capaz de sobrepasar cualquier obstáculo. Dos niños son los protagonistas y un jardín de infantes el escenario. El video ya ha recibido más de 23 mil likes.
La historia dio lugar en un jardín de Córdoba, llamado Coronel Moldes. Fueron sus maestras las que decidieron grabar el mejor momento de la mañana, cuando Felipe ayudaba a su amigo Augusto así podían jugar juntos en unos columpios compartidos. Sus palabras cuentan mejor la historia:
“EMOCIONAN”, comenzó poniendo, para dar paso a lo que pasaba en el video. “Felipe y Augusto. Son compañeros en un jardín en Coronel Moldes (Córdoba). Todos los días Felipe se ocupa de que Augusto pueda subir a la hamaca”, contaba en el emocionante posteo. La razón: su amigo tiene ciertas limitaciones físicas que le impiden jugar como cualquier otro niño lo haría.
“Le cuesta pero lo hace”, escribió el usuario que compartió el video por Twitter y que rápidamente se convirtió en viral, con más de 289 mil reproducciones en solo un día. “Las maestras grabaron el video y se viralizó. Si yo puedo, vos también”, escribió el joven incitando a todos sus seguidores a compartir el video.
Un llamado a la empatía
A pesar de que casi parezca un palabra puesta de moda, pocas veces un video (en que de hecho no se habla nada) pueda expresar mejor el sentimiento de empatía y solidaridad. Felipe no está dispuesto a dejar de lado a uno de sus mejores amigos y cada mañana logra hacerlo sonreír solo con unas volteretas en la hamaca del jardín.
“Si yo puedo, vos también”, escribió el usuario que compartió el video y casi parece un llamado a recordar lo que solidaridad es y cómo las acciones más simples pueden salvar un día. Las repercusiones por las redes fueron instantáneas, llenas de comentario de apoyo y reflexión.
“Con empatía, se nace. Un Genio el chiquitin”, “Hermoso gesto como los niños nos enseñan!!”, “Por más Felipes en nuestro país, al ver esto un poquito de esperanza te da”, “Que solidaridad, que compañerismo”, “Tan simples, tan sanos de alma qUE llenan el corazón”, se leía en el largo hilo que se había formado.