Se animó a contar en Twitter una humillante experiencia que sufrió en uno de sus primeros trabajos y se convirtió en una “leyenda” esa red social.
Celeste Busson Ibarra relató en 2018 un episodio en su primera experiencia laboral que la llevó a renunciar al día siguiente: “Mi primer trabajo en una oficina: un compañera me pide que le alcance los remitos (yo no sabía qué eran), le llevé los palitos para revolver el café (porque tienen forma de remos chiquitos). Toda la oficina se me cagó de risa. Al día siguiente renuncié por teléfono por vergüenza”.
El tuit de Celeste rápidamente se viralizó pero con el pasar de los años se convirtió en legendario. En esa red, Celeste es conocida como “La chica de los remitos” y su desopilante experiencia vuelve a aparecer para reflotar las risas e interacciones.
Recientemente su historia regresó tras la pregunta de otro usuario de Twitter (@martinp5₎: “Qué habrá sido de la vida de la chica de los remitos? Se habrá insertado satisfactoriamente al mundo laboral?”, escribió.
Sorpresivamente, Celeste contestó: “Hola Martín! Me inserté bien en el mercado laboral. Tuve trabajos muy lindos e interesantes los últimos 20 años. Pasé por varios rubros que me gustaron más que las oficinas y remitos. Me gustan tus tuits. Te mando un abrazo!”.
Lo cierto es que la anécdota de los remitos ocurrió hace 22 años, cuando Celeste acababa de salir del colegio secundario. Su vida laboral se formó lejos de aburridas oficinas.
Celeste es profesora de sueco y tienen, junto a su esposo una marca de cerveza artesanal (olskum) en su provincia, Entre Ríos.
Cómo nació la anécdota de los remitos
Celeste contó, en una entrevista con El Doce, que aceptó un reemplazo en una “oficina muy aburrida” cuando era aún adolescente. Allí, una compañera le pidió que le acercara remitos y el resto es historia.
Celeste además confesó que es fanática del también legendario grupo sueco Abba. Es más, en 2013 viajó a Estocolmo para la inauguración de su museo y pudo regalarle un mate a uno de los integrantes de la banda.
“Después me escribió un mail para preguntarme dónde podía comprar yerba en Suecia”, contó.
“Yo siempre me lo tomé con humor. Me pone contenta cuando la gente escribe que mi anécdota le sacó una sonrisa en un mal día”, aseguró Celeste Busson Ibarra, profesora de sueco, maestra cervecera, fan de Abba y la “chica de los remitos”.