Un insólito suceso ocurrió en Inglaterra, luego de que a un hombre le llegara una fotomulta a su domicilio que aseguraba que había cometido una infracción a 200 kilómetros de su casa, en la ciudad de Bath.
Lo que sucedió es que una cámara captó a una persona caminando por la calle con una remera cuyo diseño eran números y letras. Por lo que el artefacto confundió esa estampa con una patente y realizó una fotomulta “por conducir en carril de uso exclusivo para colectivos”.
Pero la multa no fue para quien llevaba puesta la remera, sino para el dueño de un coche del cual coincidió la captura de la cámara y que vive en la ciudad de Bath a 200 kilómetros de donde iba caminando el transeúnte que acababa de bajar del micro.
El hombre en cuestión que recibió la infracción a pagar se llama David Knight y solo tuvo que mirar la prueba fotográfica con un poco de atención para detectar que sobre el carril donde deben transitar los colectivos caminaba una mujer con una remera que decía “Knitter”.
Al procesar la imagen, la computadora que se encarga de registrar las infracciones confundió esa palabra con la patente del automovilista, que es “KN19TER”.
Es entonces que la cámara realizó la fotomulta y la infracción se registró en julio, pero a Knight recién le llegó la notificación en septiembre, cuando el valor ya había ascendido por acumular intereses.
Según comentó el damnificado a los medios locales, “la multa ya había subido de 60 a 90 libras porque no habíamos pagado en 30 días”. A lo que indignado, David añadió: “De ninguna manera iba a pagar por una mujer que caminaba por el carril bus con una camiseta divertida”.