Insólito: trabajaba en una cafetería, se salió del grupo de Whatsapp del trabajo y lo despidieron

Ocurrió en la ciudad española de Cádiz. El hombre de 50 años fue agregado a un grupo en el que la nueva empresa que lo contrató controlaba que realizara sus tareas laborales y le pedían que enviara fotografías en cada momento.

Insólito: trabajaba en una cafetería, se salió del grupo de Whatsapp del trabajo y lo despidieron
Los sindicatos Autonomía Obrera y Confederación General de Trabajo (CGT) defienden al empleado y denunciaron que el despido no tenía motivos reales ni verídicos y que, por el contrario, se trataría de un “castigo” de la empresa. Foto: Pexels / Imagen ilustrativa

Whatsapp es una de las plataformas más utilizadas a lo largo y ancho del mundo. Y es que, su inmediatez así como la poca complejidad y multiplicidad de uso han hecho que esta red social se vuelva un elemento indispensable en la vida de las personas. En este sentido, pese a ser de gran ayuda al mantener a sus usuarios conectados con familia y amigos, también es eficaz en el ámbito laboral, aunque acarrea diferentes problemáticas.

Este fue el caso de un padre de familia de más de 50 años que reside en Cádiz, Andalucía. El hombre, cansado de los constantes mensajes que recibía de su empresa, abandonó el grupo de Whatsapp del trabajo y fue despedido. El indignante suceso encendió las alarmas en la ciudad europea.

El andaluz trabajaba en una cafetería instalada en un hospital de Puerta del Mar. En marzo de este año, la compañía Eurest Colectividades logró la concesión de dos de estos locales gastronómicos pero mantuvo al equipo de trabajo que consta de 21 personas.

Sin embargo, al poco tiempo de asumir el mando, la empresa creó un grupo en la reconocida plataforma de mensajería y agregó a todos sus empleados. Alí, informaban sobre “los cuadrantes semanales de trabajo, emitía instrucciones y comunicaciones sobre cuestiones laborales y controlaba la actividad diaria de la plantilla”, detalló un medio local. En adición, otro sitio español precisó que Eurest le exigía a su personal que enviaran registros fotográficos en todo momento para constatar que se encontraran cumpliendo con las tareas asignadas.

El hombre tiene más de 50 años, es padre de familia y trabajaba en una cafetería ubicada en un hospital de la ciudad de Cádiz. (Imagen ilustrativa / Web)
El hombre tiene más de 50 años, es padre de familia y trabajaba en una cafetería ubicada en un hospital de la ciudad de Cádiz. (Imagen ilustrativa / Web)

En este marco, un hombre no soportó los incesantes mensajes enviados a su teléfono personal y tomó la decisión de abandonar el grupo, al que había sido añadido sin su consentimiento, un 6 de julio. Un día más tarde, la empresa lo contactó para exigir explicaciones sobre su decisión y solicitaron que se reincorporara inmediatamente, alegando que “el grupo de cocina es para todos”.

Hacia el 10 de julio, el pedido no cesó y Eurest le pidió una vez más al hombre que tenía la obligación de ser parte del grupo, a lo que el individuo se negó y aclaró que “el número de teléfono asociado al grupo de Whatsapp era particular y no de la empresa”. Finalmente, la compañía tomó la drástica decisión de enviarle una carta de despido en la que el causal fue “una mala situación económica de la empresa y la necesidad de amortizar el puesto de trabajo”.

Los sindicatos Autonomía Obrera y Confederación General de Trabajo (CGT) defienden al empleado y denunciaron que el despido no tenía motivos reales ni verídicos y que, por el contrario, se trataría de un “castigo” de la empresa hacia el trabajador.

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