Tras 14 años de trabajo, un arqueólogo británico de la Universidad de Reading asegura haber descubierto la casa en la que Jesucristo vivió durante su infancia en Nazaret junto a sus padres, María y José.
El descubridor se llama de Ken Dark, un investigador que ha pasado más de una década estudiando las ruinas de una vivienda del siglo I, ubicadas bajo el Convento de las Hermanas de Nazaret, en Israel.
“Ha quedado claro que quien construyó la casa tenía un muy buen conocimiento de la piedra”, contó Dark al Daily Mail.
“Es consistente con lo que podríamos esperar de la casa de un tekton (el término usado para José en los evangelios) que, aunque generalmente se traduce como carpintero, en realidad significa un artesano asociado con la construcción”, indicó el hombre.
Respecto a la casa, se puede apreciar una escalera excavada en la roca junto a una de las paredes, que conducía a un segundo piso o habitación plana. Mientras que todavía se conserva una puerta entre la misma habitación y otra más pequeña. La estructura tenía un piso de yeso comprimido. También se hallaron fragmentos de vasijas de cerámica y piedra caliza.
“La escalera se construyó hábilmente usando parte de una cueva natural y otra parte de la cueva se usó para sostener el techo de la habitación”, precisó Dark.
Las Hermanas de Nazaret habitaron este lugar a finales del siglo I d.C. Después de la muerte de Jesús y la expansión del cristianismo basado en sus enseñanzas, se construyó una iglesia-cueva en la colina adyacente a la casa alrededor del siglo IV, la cual estaba decorada con mosaicos y tenía accesorios relacionados con el culto público, incluida una pantalla de mármol blanco.
Durante muchos años se creyó que este era el lugar donde Jesús había vivido en su infancia, por lo que desde 1880, cuando la zona fue descubierta, que se vienen realizando investigaciones. Las monjas, que eran las propietarias del lugar, ordenaron la excavación y exploración de la cueva hasta la década de 1930.
En ese entonces, las religiosas creían que se trataba del lugar donde había habitado Jesucristo, pero nunca lograron encontrar pruebas. Entre 1936 y 1964 un sacerdote jesuita intentó continuar con la búsqueda, aunque la teoría también fue descartada, por lo que el lugar terminó convirtiéndose en una zona “casi olvidada” por los historiadores, según Dark.