Mariela Prieto estuvo en Socios del espectáculo, que conduce Adrián Pallares y Rodrigo Lussich. A corazón abierto, la señora reconoció que a lo largo de su matrimonio su esposo, Claudio Omar García, más conocido como El Turco, la engañó con otras mujeres en reiteradas oportunidades.
“El futbolista es mujeriego, fiestero e infiel”, dijo Mariela y luego habló de su vínculo amoroso con el exparticipante de Masterchef Celebrity (Telefe): “Yo sé que me ama, que soy la mujer de su vida, que nos queremos mucho, pero le gusta tener sexo con otras mujeres”.
Lo cierto es que Mariela se animó a mandarle un mensaje frente a cámaras a la amante de su pareja: “Le mando un besito a la última adquisición de mi marido”. De esta manera, sorprendió a todos los presentes en el programa por su sinceridad respecto a la relación que tiene con su esposo.
“Yo a mi marido lo amo, pero él quiere todo, quiere estar conmigo y con las otras”, explicó Prieto. Pero aclaró que la relación entre ellos funciona más allá de los engaños: “En los últimos siete meses yo nunca estuve mejor con Claudio. Nunca lo eché de casa. Él siempre me dice que está dos veces con las mujeres, y después pasan 6 meses”.
Cuando le preguntaron cómo se daba cuenta de las infidelidades del Turco, ella respondió: “Lo conozco, me doy cuenta”. Además, señaló que estas relaciones extramatrimoniales no suelen funcionar: “Nadie las echa, generalmente se retiran solas”. Luego, reconoció: “Hace 25 años que me engaña, lo amo pero es mujeriego”. Por último, en tono irónico, aseguró: “Ya sé que me voy a morir cornuda”.
La lucha de El Turco García contra las adicciones
Además, el año pasado, El Turco habló de su lucha contra las adicciones y cómo lo ayudó su mujer a salir adelante en una entrevista con Gastón Pauls en el marco del ciclo Seres Libres (Crónica HD).”Dejé de jugar en diciembre de 1999, en enero del 2000 se murió mi papá y yo empecé con la adicción. Mientras jugué al futbol, nunca”, manifestó.
“Mi relación con la droga era muy lejana. La primera vez fue en un boliche, por curiosidad. Aparte de grande: en el 2000 tenía 37 años, casi 38. Te digo la verdad: me sentí distinto, me sentí bien, entre comillas”, aseguró García. “Yo estaba bajo tierra: con la adicción estaba para morirme. Me recuperé (cuenta que el 11 de febrero de 2008 fue el último día que consumió drogas), gracias a mi señora. Racing me da la posibilidad de laburar en el club. Y Masterchef me cayó del cielo”, afirmó.
A la hora de pensar en momentos en los que tocó fondo, García recordó uno que tuvo que ver con el nacimiento de su hijo Yamil, de 16 años y jugador en las inferiores de Racing: “Antes de internarse, mi señora limpió el departamento, lo dejó una belleza para la llegada del bebé. Y cuando ella pasó la noche ahí, metí minas, chabones, todo. Cuando fui a buscarla, me vio y no quería que toque al nene. Y cuando la traigo para mi casa, con mi suegra, abre la puerta del departamento y parecía Londres: un humo... Los cigarrillos apagados en el piso. Se puso a llorar, le agarró un ataque de nervios y se fue con la madre a la casa de ella. El nene no podía estar ahí”.