Un hombre, oriundo de Novorossiysk, Rusia, acudió al doctor por presentar un fuerte dolor de cabeza. La causa que le provocaba el malestar dejó sorprendidos a los médicos de hospital local, quienes lo atendieron en la sala de urgencias.
En primer lugar, tras una valoración médica, se percataron de que tenía un bulto en el ojo izquierdo. En un principio creyeron que se trataba de la picadura de algún insecto o hasta un golpe, pero nada relacionado con la cefalea.
De acuerdo con el medio N+, el paciente entró a cirugía para abrir el absceso. Una vez que abrieron la protuberancia encontraron un cuerpo extraño.
Se trataba de un gusano de 15 centímetros, cuya apariencia era delgada y blanca, el cual estaba incrustado debajo de la piel. Luego de la cirugía, la salud del hombre se reporta estable.
¿Cómo apareció el gusano?
De acuerdo con los especialistas, se trata de un caso de dirofilariasis en humanos y los mosquitos son los portadores.
La sangre del insecto se encuentra infestada del parásito, entonces, cuando pica al huésped accidental pasa las larvas, sin embargo, los gusanos no pueden reproducirse hasta la etapa adulta.
Según N+, esto se debe a que generalmente el gusano no pasa del tejido celular subcutáneo, pero en ocasiones lo hace y llega al torrente sanguíneo y se puede alojar en los pulmones.
Los expertos señalan que la transmisión siempre se lleva a cabo de la siguiente manera:
Perro → mosquito
Mosquito → perro
Mosquito → humano
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