La próxima llegada de Taylor Swift a la Argentina ha provocado una prematura revolución entre miles de fanáticos y en las puertas de la cancha de River ya se pueden ver carpas de swifties esperando los conciertos que tendrán lugar en el mes de noviembre.
Debido a este fervor también se instaló en nuestro país el debate sobre los “efectos” de los conciertos que la cantante: es que no son pocas las personas que aseguran que dichas presentaciones provocan en los espectadores estados de amnesia que los llevan a no recordar nada del show.
La cantidad de personas que reportan no recordar los conciertos de Taylor Swift no son pocos, por el contrario son muchos quienes dicen estar afectados por el problema por lo cual algunos expertos se han pronunciado al respecto e intentan llevar algo de luz al misterio.
Dra. Michelle Phillips, profesora titular de psicología musical del Royal Northern College of Music, aseguró a la BBC que la amnesia post-concierto es más normal de lo que parece; sin embargo, aceptó que son extraños los casos en los que los asistentes afirman no recordar nada.
Según Phillips, recordar tan solo fragmentos del concierto se debe a que el cerebro “simplemente codifica algunos aspectos del evento en la memoria, y otros no”, lo que quiere decir que las personas graban en su memoria aquello en lo que más se concentran y otorgan mayor peso – por ejemplo los movimientos de baile, estar acompañado de alguien o alguna canción importante-.
En tanto, la experta explicó que cuando los fanáticos están emocionados e inmersos en el momento pueden sentir como si “el tiempo hubiera pasado de repente” y no procesan adecuadamente todo lo que acaban de ver, oír y sentir.
Ewan McNay, profesor asociado en el Departamento de Psicología de la Universidad Estatal de Nueva York, agregó por su parte a Time que este fenómeno no es específico de los conciertos y puede ocurrir en cualquier momento si uno está en un estado emocional intenso.
“Si estás un poco nervioso, con un poco de emoción, en realidad recordarás mejor”, aseguró McNay. “Pero demasiada emoción te empuja al límite en términos de formación de memoria y no puedes crear recuerdos”, agregó.
Según McNay, esto se debe a que las emociones fuertes provocan que el cuerpo comience a bombear glucosa desde el hígado hasta el torrente sanguíneo. Esta molécula alimenta la memoria, el pensamiento y el aprendizaje. No obstante, el cuerpo interpreta la euforia como estrés, por lo que no utiliza este “combustible” para generar memorias, sino para accionar los músculos.
Por su parte, Robert Kraft, profesor de psicología cognitiva en la Universidad de Otterbein, aseguró también a Time que es erróneo asumir que una persona debe recordar cada instante de su vida o grabar con lujo de detalle los momentos intensos.
“No nos proponemos recordar nuestras vidas, nos proponemos vivirlas”, dijo Kraft. “No recordar es en realidad un homenaje a estar en el momento y disfrutarlo”.