Es común que al empezar a planificar una pequeña huerta en casa, se piense en cultivar hierbas aromáticas o algunas verduras de hojas. Los más atrevidos pueden considerar plantar tomates, berenjenas o zapallos. Pero, ¿qué tal frutillas? ¡Sí! Se pueden cultivar en macetas, ya que no requieren una gran profundidad de tierra. A continuación, te explicamos los pasos a seguir.
Para obtener las plantas de frutillas, hay dos opciones: plantar la semilla y cultivar los plantines o comprar directamente los plantines. En esta nota vas a obtener toda la información sobre cómo realizar cualquiera que sea el tipo de procedimiento seleccionado.
Los dos procedimientos y cómo obtener frutillas
El momento ideal para sembrar las semillas de frutillas es entre fines del verano y principios del otoño, dependiendo de la región y el clima. La temperatura más fresca y el suelo aún cálido favorecen la germinación y el desarrollo de las plántulas.
El consejo de colocar las semillas en la heladera unos días antes de plantarlas es conocido como “estratificación”. Algunas variedades de frutillas pueden beneficiarse de este proceso, que simula el invierno y ayuda a romper la dormancia de las semillas, estimulando una mejor germinación y crecimiento.
Cuando los plantines alcanzan los cuatro o cinco centímetros de altura, se pueden trasplantar a pequeños recipientes individuales.
Por otro lado, en el caso de elegir los plantines, el procedimiento es totalmente diferente. Las frutillas son plantas rastreras que no necesitan una gran profundidad de tierra para crecer. Por esta razón, se pueden cultivar en macetas pequeñas en casa, con una altura de unos 10 centímetros.
Antes de colocar los plantines de frutillas en la maceta, es recomendable revisar sus raíces y, si son más largas que el brote en sí, se pueden cortar para facilitar su adaptación al nuevo entorno. Al enterrar las plantas, se debe separar cuidadosamente las raíces para que puedan extenderse y nutrirse de manera eficiente.
En cuanto a la ubicación, las frutillas prefieren una exposición a la semisombra, evitando el sol directo en las horas de mayor incidencia, especialmente durante el verano. Un lugar con luz filtrada o sombra parcial es ideal para su cultivo, ya que esto ayuda a proteger las plantas de un posible estrés por calor excesivo.