Evangelio de hoy, 4 de octubre: “El que me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado”

La Palabra de Dios ofrece mensajes profundos, enseñanzas valiosas y una oportunidad para la reflexión espiritual. A continuación, te presentamos la Liturgia correspondiente al viernes 4 de octubre, según el Vaticano.

Evangelio de hoy, 4 de octubre: “El que me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado”
"Jesús dijo a sus discípulos: El que los escucha a ustedes, a mí me escucha; el que los rechaza a ustedes, a mí me rechaza y el que me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado".

En el Evangelio de hoy nos cuenta que “Dios se revela liberando y sanando al hombre -no olvidemos esto: Dios se revela liberando y sanando al hombre- y lo hace con un amor gratuito, un amor que salva. Por esto Jesús alaba al Padre, porque su grandeza consiste en el amor y no actúa nunca fuera del amor. Pero esta grandeza en el amor no es comprendida por quien presume de ser grande y se fabrica un dios a su propia imagen: un dios potente, inflexible, vengativo”, dijo el Papa Francisco en el Ángelus, 9 de julio de 2023.

Los pequeños, en cambio, saben acogerlas, y Jesús alaba al Padre por ellos: “Te alabo” -dice- porque has revelado el Reino de los Cielos a los pequeños. Lo alaba por los simples, que tienen el corazón libre de la presunción y del amor propio. Los pequeños son aquellos que, como los niños, se sienten necesitados y no autosuficientes, están abiertos a Dios y dejan que sus obras los asombren. ¡Ellos saben leer sus signos y maravillarse por los milagros de su amor! (…) Nuestra vida, si lo pensamos bien, está llena de milagros: de gestos de amor, signos de la bondad de Dios. Sin embargo, ante ellos, también nuestro corazón se puede acostumbrar y permanecer indiferente”.

“Y ahora preguntémonos, todos nosotros: en la marea de noticias que nos sumerge, ¿sé detenerme en las grandes cosas de Dios, las que Dios hace, como nos muestra Jesús hoy? ¿He perdido la capacidad de asombrarme? ¿Me dejo maravillar como un niño por el bien que cambia el mundo silenciosamente, o he perdido la capacidad de asombrarme? ¿Y bendigo al Padre cada día por sus obras?”, concluyó el Papa Francisco.

La Palabra de Dios ofrece mensajes profundos, enseñanzas valiosas y una oportunidad para la reflexión espiritual. El Evangelio ocupa un lugar central en la misa y permite que Cristo continúe su obra de salvación.

Cuando rezamos, Dios abre nuestros ojos, renueva y cambia nuestro corazón, cura nuestras heridas”. Aquí los textos del viernes 4 de octubre de 2024 según lo dispuesto por el Vaticano.

Lectura del libro de Job

Job 38, 1. 12-21; 40, 3-5

El Señor le habló a Job desde el seno de la tormenta y le dijo:”¿Acaso alguna vez en tu vida le has dado órdenes a la mañana o le has señalado su lugar a la aurora, para que ciña a la tierra por los bordes y sacuda de ella a los malvados; para que ponga de relieve sus contornos y la tiña de colores como un vestido; para que prive a los malvados del amparo de las tinieblas y acabe con el poder del hombre criminal?

¿Has llegado hasta donde nace el mar o te has paseado por el fondo del océano?¿Se te han franqueado las puertas de la muerte o has visto los portones del país de los muertos?¿Has calculado la anchura de la tierra? Dímelo, si lo sabes.¿Sabes en dónde vive la luz y en dónde habitan las tinieblas?¿Podrías conducirlas a su morada o enseñarles el camino de su casa? Si lo sabes, es que para entonces tú ya habrías nacido y el número de tus años sería incontable’'.

Job le respondió al Señor: ”He hablado a la ligera, ¿qué puedo responder? Me taparé la boca con la mano. He estado hablando y ya no insistiré más; ya no volveré a hablar”.

Detalle del vitral de la capilla sur de la Iglesia de San Luis, en Nueva York. Medallón superior : Dios Padre observa a Juan Bautista bautizando a Jesús; pintura al estilo de Múnich (1891).
Detalle del vitral de la capilla sur de la Iglesia de San Luis, en Nueva York. Medallón superior : Dios Padre observa a Juan Bautista bautizando a Jesús; pintura al estilo de Múnich (1891).

Lectura del Evangelio según San Lucas

Lc 10, 13-16

En aquel tiempo, Jesús dijo: “¡Ay de ti, ciudad de Corozaín! ¡Ay de ti, ciudad de Betsaida! Porque si en las ciudades de Tiro y de Sidón se hubieran realizado los prodigios que se han hecho en ustedes, hace mucho tiempo que hubieran hecho penitencia, cubiertas de sayal y de ceniza. Por eso el día del juicio será menos severo para Tiro y Sidón que para ustedes. Y tú, Cafarnaúm, ¿crees que serás encumbrada hasta el cielo? No. Serás precipitada en el abismo”.

Luego, Jesús dijo a sus discípulos: “El que los escucha a ustedes, a mí me escucha; el que los rechaza a ustedes, a mí me rechaza y el que me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado”.

Es Palabra de Dios.

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