En el Evangelio de hoy nos cuenta en el pasaje evangélico de Lucas que “Jesús envía en misión a setenta y dos discípulos, además de los doce apóstoles. El número setenta y dos probablemente indica todas las naciones. En efecto, en el libro de Génesis se mencionan setenta y dos naciones diferentes. Así, este envío prefigura la misión de la Iglesia de anunciar el Evangelio. Jesús dijo a los discípulos: «La mies es mucha y los obreros son pocos”, dijo el Papa Francisco en el Ángelus, 7 de julio de 2019.
“Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros. Esta petición de Jesús es siempre válida. Siempre debemos orar al “dueño de la mies”, que es Dios Padre, para que envíe obreros a trabajar en su campo, que es el mundo. (…) Cuando envía a los setenta y dos discípulos, Jesús les da instrucciones precisas que expresan las características de la misión. La primera ―ya lo hemos visto―: rezad; la segunda: id; y no llevéis bolsa”.
“No vayáis de casa en casa; curad a los enfermos y decidles: “El Reino de Dios está cerca de vosotros”; y, si no os reciben, salid a las plazas y despedíos (…) Si se vive en estos términos, la misión de la Iglesia se caracterizará por la alegría”, concluyó el Papa Francisco.
La Palabra de Dios ofrece mensajes profundos, enseñanzas valiosas y una oportunidad para la reflexión espiritual. El Evangelio ocupa un lugar central en la celebración de la misa y permite que Cristo continúe la obra de la salvación.
“Cuando rezamos, Dios abre nuestros ojos, renueva y cambia nuestro corazón, cura nuestras heridas”. Aquí los textos del jueves 3 de octubre de 2024 según lo dispuesto por el Vaticano.
Lectura del libro de Job
Job 19, 21-27
Job tomó la palabra y dijo: ”Tengan compasión de mí, amigos míos, tengan compasión de mí, pues me ha herido la mano del Señor.¿Por qué se ensañan contra mí, como lo hace Dios, y no se cansan de escarnecerme?
Ojalá que mis palabras se escribieran; ojalá que se grabaran en láminas de bronceo con punzón de hierro se esculpieran en la roca para siempre.
Yo sé bien que mi defensor está vivo y que al final se levantará a favor del humillado;de nuevo me revestiré de mi piel y con mi carne veré a mi Dios; yo mismo lo veré y no otro, mis propios ojos lo contemplarán.Esta es la firme esperanza que tengo’'.
Lectura del Evangelio según San Lucas
Lc 10, 1-12
En aquel tiempo, designó el Señor a otros setenta y dos discípulos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares a donde pensaba ir, y les dijo: “La cosecha es mucha y los trabajadores pocos. Rueguen, por lo tanto, al dueño de la mies que envíe trabajadores a sus campos. Pónganse en camino; los envío como corderos en medio de lobos. No lleven ni dinero, ni morral, ni sandalias y no se detengan a saludar a nadie por el camino. Cuando entren en una casa, digan: ‘Que la paz reine en esta casa’.
Y si allí hay gente amante de la paz, el deseo de paz de ustedes se cumplirá; si no, no se cumplirá. Quédense en esa casa. Coman y beban de lo que tengan, porque el trabajador tiene derecho a su salario. No anden de casa en casa. En cualquier ciudad donde entren y los reciban, coman lo que les den. Curen a los enfermos que haya y díganles: ‘Ya se acerca a ustedes el Reino de Dios’.
Pero si entran en una ciudad y no los reciben, salgan por las calles y digan: ‘Hasta el polvo de esta ciudad que se nos ha pegado a los pies nos lo sacudimos, en señal de protesta contra ustedes. De todos modos, sepan que el Reino de Dios está cerca’. Yo les digo que en el día del juicio, Sodoma será tratada con menos rigor que esa ciudad”.
Es Palabra de Dios.