Evangelio de hoy, 27 de octubre: “Vete; tu fe te ha salvado”

La Palabra de Dios transmite mensajes profundos, enseñanzas valiosas y una oportunidad para la reflexión espiritual. A continuación, te compartimos la liturgia del domingo 27 de octubre según el Vaticano.

Evangelio de hoy, 27 de octubre: “Vete; tu fe te ha salvado”
"Un ciego, llamado Bartimeo, se hallaba sentado al borde del camino pidiendo limosna. Al oír que el que pasaba era Jesús Nazareno, comenzó a gritar: “¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí!”

El Evangelio de hoy nos cuenta que Jesús que, saliendo de Jericó, devuelve la vista a Bartimeo, un ciego que mendiga a lo largo del camino. “La fe de Bartimeo se refleja en su oración. No es una oración tímida y convencional. Ante todo, llama al Señor “Hijo de David”, o sea, lo reconoce Mesías, Rey que viene al mundo. Después lo llama por su nombre, con confianza: “Jesús”. No tiene miedo de Él, no se distancia”, comentó el Papa Francisco.

Desde el corazón, grita al Dios amigo todo su drama: “Ten compasión de mí”. ¡Solo esa oración “ten compasión de mí!”. No le pide una moneda como hace con los viandantes. No. A Aquel que todo lo puede, le pide todo. A la gente le pide unos centavos, a Jesús que tiene poder para realizar todo, le pide todo. “Ten compasión de mí, ten compasión de todo lo que soy”. No pide una gracia, sino que se presenta a sí mismo: pide misericordia para su persona, para su vida”.

No es una petición insignificante, pero es muy bella, porque invoca piedad, o sea, compasión, la misericordia de Dios, su ternura. (…) Pidamos todo a Aquel que puede darnos todo, como hizo Bartimeo, que es un gran maestro, un gran maestro de oración”.

“Que Bartimeo nos sirva como ejemplo con su fe concreta, insistente y valiente. Y que Nuestra Señora, Virgen orante, nos enseñe a dirigirnos a Dios con todo el corazón, con la confianza de que Él escucha atentamente toda oración”, concluyó el Papa Francisco en el Ángelus, domingo 24 de octubre de 2021.

La Palabra de Dios ofrece mensajes profundos, enseñanzas valiosas y una oportunidad para la reflexión espiritual. El Evangelio ocupa un lugar central en la misa y permite que Cristo continúe su obra de salvación.

Cuando rezamos, Dios abre nuestros ojos, renueva y cambia nuestro corazón, cura nuestras heridas”. Aquí los textos del domingo 27 de octubre de 2024 según lo dispuesto por el Vaticano.

Lectura del Profeta Jeremías

Jer 31, 7-9

Esto dice el Señor: ”Griten de alegría por Jacob, regocíjense por el mejor de los pueblos; proclamen, alaben y digan:’ El Señor ha salvado a su pueblo, al grupo de los sobrevivientes de Israel’.

He aquí que yo los hago volver del país del norte y los congrego desde los confines de la tierra. Entre ellos vienen el ciego y el cojo, la mujer encinta y la que acaba de dar a luz.

Retorna una gran multitud; vienen llorando, pero yo los consolaré y los guiaré;los llevaré a torrentes de agua por un camino llano en el que no tropezarán. Porque yo soy para Israel un padre y Efraín es mi primogénito”.

Detalle de un vitral, de la Catedral de Bruselas (Bélgica), que representa Querubines y un Carruaje, visión del profeta Ezequiel.
Detalle de un vitral, de la Catedral de Bruselas (Bélgica), que representa Querubines y un Carruaje, visión del profeta Ezequiel.

Lectura de la carta a los Hebreos

Heb 5, 1-6

Hermanos: Todo sumo sacerdote es un hombre escogido entre los hombres y está constituido para intervenir en favor de ellos ante Dios, para ofrecer dones y sacrificios por los pecados. Él puede comprender a los ignorantes y extraviados, ya que él mismo está envuelto en debilidades. Por eso, así como debe ofrecer sacrificios por los pecados del pueblo, debe ofrecerlos también por los suyos propios.

Nadie puede apropiarse ese honor, sino sólo aquel que es llamado por Dios, como lo fue Aarón. De igual manera, Cristo no se confirió a sí mismo la dignidad de sumo sacerdote; se la otorgó quien le había dicho: Tú eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy. O como dice otro pasaje de la Escritura: Tú eres sacerdote eterno, como Melquisedec.

La Epístola a los efesios,  es el décimo libro del Nuevo Testamento. Se atribuye su escritura a Pablo de Tarso, en Roma, para sus seguidores de la Iglesia de Éfeso, en Asia Menor.
La Epístola a los efesios, es el décimo libro del Nuevo Testamento. Se atribuye su escritura a Pablo de Tarso, en Roma, para sus seguidores de la Iglesia de Éfeso, en Asia Menor.

Lectura del Evangelio según San Marcos

Mc 10, 46-52

En aquel tiempo, al salir Jesús de Jericó en compañía de sus discípulos y de mucha gente, un ciego, llamado Bartimeo, se hallaba sentado al borde del camino pidiendo limosna. Al oír que el que pasaba era Jesús Nazareno, comenzó a gritar: “¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí!” Muchos lo reprendían para que se callara, pero él seguía gritando todavía más fuerte: “¡Hijo de David, ten compasión de mí!”.

Jesús se detuvo entonces y dijo: “Llámenlo”. Y llamaron al ciego, diciéndole: “¡Ánimo! Levántate, porque él te llama”. El ciego tiró su manto; de un salto se puso en pie y se acercó a Jesús. Entonces le dijo Jesús: “¿Qué quieres que haga por ti?” El ciego le contestó: “Maestro, que pueda ver”. Jesús le dijo: “Vete; tu fe te ha salvado”. Al momento recobró la vista y comenzó a seguirlo por el camino.

Es Palabra de Dios.

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