En el Evangelio de hoy “Jesús llora, porque nosotros hemos preferido el camino de las guerras, la senda del odio, la senda de las enemistades. Todo esto se comprende aún más ahora que estamos cerca de la Navidad: habrá luces, habrá fiesta, árboles luminosos, también pesebres... todo apariencia: el mundo sigue declarando la guerra”, señaló el Papa Francisco en la Homilía Santa Marta, jueves 19 de noviembre de 2015.
“Declarando la guerra, el mundo no ha comprendido la senda de la paz (…) ¿qué queda de una guerra, de esta que estamos viviendo ahora?. Quedan ruinas, miles de niños sin educación, tantos muertos inocentes: ¡muchos!. Y mucho dinero en los bolsillos de los traficantes de armas. Una vez Jesús dijo: “No se puede servir a dos señores: o Dios o las riquezas”.
“Y la guerra es precisamente optar por las riquezas: ‘Fabricamos armas, así la economía se equilibra un poco, y seguimos adelante con nuestros intereses’, hay una palabra fea del Señor: “¡Malditos!”, porque «Él dijo: ‘¡Benditos los constructores de paz!’. Por lo tanto, los «que causan la guerra, que provocan las guerras, son malditos, son delincuentes”.
“Una guerra, se puede justificar —entre comillas— con muchas, muchas razones. Pero cuando todo el mundo, como sucede hoy, está en guerra —¡todo el mundo!— es una guerra mundial por fascículos: aquí, allí, allá, por todos lados. Y no hay justificación. Y Dios llora. Jesús llora”.
“Nos hará bien a nosotros pedir la gracia del llanto por este mundo que no reconoce el camino de la paz, que vive para declarar la guerra, con el cinismo de decir que no se haga. Y, pidamos la conversión del corazón. (…)
“Que el mundo vuelva a encontrar la capacidad de llorar por sus crímenes, por lo que causa con las guerras”, concluyó el Papa Francisco en la Homilía Santa Marta, jueves 19 de noviembre de 2015.
La Palabra de Dios ofrece mensajes profundos, enseñanzas valiosas y una oportunidad para la reflexión espiritual. El Evangelio ocupa un lugar central en la misa y permite que Cristo continúe su obra de salvación.
“Cuando rezamos, Dios abre nuestros ojos, renueva y cambia nuestro corazón, cura nuestras heridas”. Aquí los textos del jueves 21 de noviembre de 2024 según lo dispuesto por el Vaticano.
Lectura del libro del Apocalipsis
Apoc 5, 1-10
Yo, Juan, vi en la mano derecha del que estaba sentado en el trono, un libro escrito por dentro y por fuera, y sellado con siete sellos. Y vi un ángel poderoso, que gritaba con fuerte voz: “¿Quién es digno de abrir el libro y de romper sus sellos?” Pero nadie, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, podía abrir el libro ni ver su contenido.
Lloré mucho porque no había nadie digno de abrir el libro y de ver su contenido. Entonces, uno de los ancianos me dijo: “Ya no llores, porque ha vencido el león de la tribu de Judá, el descendiente de David, y él va a abrir el libro y sus siete sellos”.
Vi entonces junto al trono, en medio de los cuatro seres vivientes y de los ancianos, un Cordero. Estaba de pie, y mostraba las señales de haber sido sacrificado. Tenía siete cuernos y siete ojos, que son los siete espíritus de Dios, enviados por toda la tierra. Se acercó y tomó el libro de la mano derecha del que estaba sentado en el trono. Y al tomarlo, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron ante el Cordero, con sus cítaras y sus copas de oro llenas de incienso, que significan las oraciones de los santos. Y se pusieron a cantar un cántico nuevo, diciendo:
“Tú eres digno de tomar el libro y de abrir sus sellos, porque fuiste sacrificado y con tu sangre compraste para Dios hombres de todas las razas y lenguas, de todos los pueblos y naciones, y con ellos has constituido un reino de sacerdotes,que servirán a nuestro Dios y reinarán sobre la tierra”.
Lectura del Evangelio según San Lucas
Lc 19, 41-44
En aquel tiempo, cuando Jesús estuvo cerca de Jerusalén y contempló la ciudad, lloró por ella y exclamó:
“¡Si en este día comprendieras tú lo que puede conducirte a la paz! Pero eso está oculto a tus ojos. Ya vendrán días en que tus enemigos te rodearán de trincheras, te sitiarán y te atacarán por todas partes y te arrasarán. Matarán a todos tus habitantes y no dejarán en ti piedra sobre piedra, porque no aprovechaste la oportunidad que Dios te daba”.
Es Palabra de Dios.