No son solo los clavos los que ayudan a tus plantas, sino que puntualmente los oxidados. Esto se debe a que contienen óxido de hierro, esa reveladora capa rojiza que adquieren los clavos al mojarse.
El oxido favorecedor para las plantas se crea cuando el oxígeno y el hierro reaccionan en presencia del agua, ya sea por contacto directo o a través del aire.
Los beneficios del hierro en las plantas
A veces denominado óxido férrico, tiene un alto contenido en hierro y, como seguramente sabés, las plantas necesitan hierro.
Aunque las plantas no necesitan el hierro tanto como otros nutrientes (fósforo, nitrógeno o potasio), sigue siendo un micronutriente esencial. Además, es constituyente de algunas enzimas y pigmentos y ayuda a disminuir los nitratos y sulfatos, y a la generación de energía dentro de la planta. Aunque el hierro no se utiliza en la síntesis de la clorofila, es esencial para su formación.
Las deficiencias de hierro no son comunes en las plantas, pero a menudo, si su suelo es demasiado alcalino o tiene mucha cal, puede provocar una deficiencia de hierro. Puedes usar un fertilizante de hierro para remediarlo, pero puede resultar caro.
En cambio, los clavos oxidados pueden aportar el hierro necesario para que tus plantas prosperen. El hierro reactivará la capacidad de tus plantas para sintetizar clorofila y mejorará las estructuras y funciones de sus cloroplastos.
El uso de los clavos oxidados para ayudar a las plantas
Si estas pensando en esto, hay que ser muy consciente del riesgo que esto supone. Un clavo en un mal sitio no solo podría pinchar fácilmente la rueda de un tractor o de un equipo de jardinería, sino que también podría causar lesiones graves si alguien lo pisara.
Por lo tanto, es mejor usar los clavos oxidados solo en lugares cerrados, como en un contenedor o haciendo una solución especializada. Esto elimina la posibilidad de lesiones o daños.
Lo mejor si los vas a enterrar es no usar clavos, sino alguna otra pieza oxidada que no pueda provocar accidentes.
Una forma fácil y segura de potenciar tus plantas con clavos oxidados es hacer una especie de té con ellos. Si alguna vez has hecho té de compost, este método es bastante similar. Tenés que sumergir los clavos en agua durante cinco o seis días. El agua se volverá marrón por el óxido. Luego podés usarla para regar tus cultivos.