A la hora de usar la parrilla, una de las acciones principales es su limpieza sobre todo para evitar comer con sabores viejos y para evitar bacterias y agentes que actúan sobre los restos de comida que quedan pegados.
La mayoría de los asadores aficionados limpian la parrilla con ayuda de papel de diario y barren después los restos de cenizas, leña o carbón que quedan en la base cuando se enfrían.
Sin embargo, hay un modo particular de hacer esta limpieza y tiene a la cebolla como protagonista. Esta verdura que acompaña los asados y las ensaladas puede usarse en lugar de un detergente, ya que tiene propiedades antibacteriales. Para usarla, se debe encender el fuego y dejar que se caliente la parrilla. Luego se la frota con cebolla para que se desprendan los restos de carne o grasa.
A la operación se le puede agregar gotas de limón o vinagre para asegurarnos de la limpieza.
Para una limpieza más profunda, se deben hacer estos pasos una vez por mes:
- Una o dos horas después de terminar el asado, se debe barrer a un costado la ceniza todavía caliente y dejar limpia la base.
- Con la parrilla todavía caliente se debe pasar un papel de diario y frotar la parrilla para quitar el grueso de los restos que están pegados.
- Luego se debe poner agua tibia en el balde con un buen chorro de vinagre y revolver.
- Introducir el cepillo en el agua con vinagre y frotar cuidadosamente la parrilla para no dañar el enlosado en el caso que tuviera.
- Volver a pasar un papel de diario y quitar los restos que fueron aflojados.
- Se debe repetir la operación, mojar el cepillo en vinagre y pasar nuevamente.
- Ahora con la ayuda del papel de cocina retirar todos los excedentes, verás que tu parrilla lucirá como nueva.