La Organización Mundial de la Salud (OMS) apunta con sus investigaciones a bajar la cantidad de azúcares en las comidas frecuentes. Es por eso que las personas han buscado alternativas, como la canela, para endulzar sus alimentos.
Algunos expertos han defendido que un consumo habitual de canela también puede ser perjudicial para el organismo, concretamente para el hígado. Para entenderlo hace falta conocer cuáles son las dos variedades más comunes del mercado.
Entre las especies de canelas, las más comunes son la Ceylán, procedente de Sri Lanka y del sur de India, y la Cassia, cultivada en China y otros países como Indonesia y Vietnam. Esta última es la de menor valor y la que más frecuentamos a comprar.
Para los consumidores resulta complicado distinguirlas, pero sí pueden observarse algunas diferencias en el aspecto, como es el aroma y el sabor. “Si están molidas puede resultar más complicado saber cuál es cuál, aunque por el color podemos hacernos una idea. La Cassia es más oscura, mientras que la Ceylán tiene un tono más claro”, explica Olga Valldaura.
La canela de los supermercados es perjudicial
La actividad frecuente es conseguir la canela del supermercado ya envasada. Esto complica todo un poco. “Lo cierto es que en el caso de las especias no existe una legislación que obligue a informar en el etiquetado sobre el país de origen del producto”, revela a La Vanguardia Beatriz Robles, licenciada en Ciencia y Tecnología de los Alimentos y autora del libro “Come seguro comiendo de todo”.
Si bien parece extremista invertir tanta energía para saber qué variedad de canela estamos consumiendo, es muy importante tenerlo claro. “La Cassia contiene concentraciones más elevadas de curamina, un compuesto tóxico para el hígado que es el responsable de darle aroma a la canela”. Precisamente por este hecho, la Unión Europea estableció límites máximos de esta sustancia para aromatizar los alimentos. Sin embargo, en la canela estas limitaciones no existen.
La ingesta tolerable de curamina se limitó en 0,1 miligramos por kilogramo de peso corporal (algo asi como una cucharadita de café al día). Robles insiste en que si tomamos canela Ceylán no hace falta preocuparse, pero si en cambió usamos Cassia, nuestra salud sí podría verse perjudicada. “Si nos gusta añadir canela al café y tomamos varias tazas al día aromatizadas con Cassia, estaríamos pasando los límites recomendados de curamina”, advierte.