No importa si es con cafeína o descafeinado: tomar café con frecuencia ayuda a alargar la vida, según coinciden los estudios. Se sabe incluso cuál es el rango óptimo de consumo de café para obtener más beneficios: entre 3 y 5 tazas de café al día, lo que equivaldría a por lo menos 400 mg de cafeína.
Pero la cafeína no es el único compuesto importante. En los últimos años se han ido analizando otros de sus componentes, como los antioxidantes naturalmente presentes.
Un nuevo estudio ha ido más allá, buscando analizar si añadir azúcar al café puede ser perjudicial o si contrarresta de alguna forma sus beneficios.
El estudio, realizado por los investigadores de la Universidad Médica del Sur en Guangzhou (China), tenía por objetivo comparar de forma específica los beneficios para la esperanza de vida del café endulzado con azúcar con otros edulcorados o sin añadidos.
En total se analizaron datos de 171 mil participantes, los cuales no sufrían enfermedades cardiovasculares previas ni ningún tipo de cáncer. Se les realizaron varias preguntas sobre dieta, salud y estilo de vida, pudiendo también determinar sus hábitos de consumo de café.
Qué pasa si le ponés siempre azúcar al café
Según los resultados del estudio, y tras un periodo de seguimiento de 7 años, se objetivó que los participantes que consumían cualquier cantidad de café sin azúcar tenían entre un 16% y un 21% menos de probabilidades de morir respecto a los participantes que no bebían café.
También se encontró que los participantes que bebían de 1,5 a 3,5 tazas de café diarias endulzadas con azúcar tenían entre un 29% y un 31% menos de probabilidades de morir respecto a los no consumidores de café.
Cabe destacar que, según los mismos autores del estudio, aquellos participantes que usaban azúcar en su café tan solo agregaban alrededor de una cucharadita por taza. Así mismo, no hubo resultados concluyentes entre los participantes que usaban edulcorantes artificiales.
Si bien es cierto que no son pocos los estudios que han encontrado beneficios diversos en el consumo de café, algunas variables de confusión como el estado socioeconómico, la dieta y otros factores de estilo de vida podrían afectar los resultados.
Por otro lado, en este estudio la cantidad promedio de azúcar usado en el café es mucho más baja que los niveles de azúcar excesivos que suelen usarse en las cadenas de restaurantes de café en todo el mundo.
También cabe destacar que muchos consumidores podrían estar bebiendo café como sustituto de otras bebidas, algo que dificultaría las comparaciones con los no bebedores.
Como conclusión, los autores sugieren que los profesionales sanitarios pueden aconsejar el consumo de café con azúcar, o al menos no aconsejar a los pacientes que lo retiren de su dieta. Pero, con cuidado: los cafés ya mezclados que sirven las grandes cadenas suelen estar mucho más azucarados que los cafés caseros.