En la pirámide nutricional, las frutas ocupan uno de los espacios más necesarios y es por sus bajas calorías y gran contenido nutritivo para un organismo sano. Sin embargo, la abundante cantidad podía hacernos daño.
La fruta debería estar presente cada día en tu dieta. No hay frutas que engorden y otras que adelgacen, todas cooperan en cuerpo en bien de la salud, aunque sí es cierto que unas tienen menos cantidad de azúcar qué otras.
Existen varios motivos por los que los azúcares que contienen las frutas frescas, principalmente fructosa y glucosa, no afectan a tu peso de forma negativa. Estos motivos son sencillos: tienen fibra, la absorción pausada de los azúcares da tiempo al hígado para metabolizarlos, ralentiza la absorción de los azúcares en el intestino (evitando subidas bruscas en los niveles de glucosa sanguínea).
Además, la presencia de la fibra de las frutas combate el estreñimiento y contribuye a mantener en buen estado la flora bacteriana, porque se comporta como prebiótico. Otro modo para evitar los dolores estomacales es tomar mucha agua, o comer alimentos que contengan líquido.
La fruta perfecta y con menos calorías
Como ya dijimos, ninguna fruta nos hará mal, pero a la hora de saber que engorda menos, hay un listado de frutales que no superan las 100 calorías por porción.
Entre estas frutas están, la fresa (48 kcal), el melón (54 kcal), la ciruela (70 kcal), la banana (71 kcal) y las manzanas (96 kcal), que, a su vez, con cascaras aportan aún más nutrientes.
Sin embargo, ninguna de estas es tan buena como la sandía, que solo contiene 45 calorías y está compuesta por 93% de agua, superando al melón (92%) y siendo por lejanía las dos frutas con más contenido líquido.