En el mundo culinario, no hay duda de que la heladera y el freezer se destacan como los pilares fundamentales de la conservación de alimentos. Estos fieles aliados tienen la misión de prolongar la frescura y sabor de los alimentos, asegurando que nada se desperdicie.
Desde frutas y verduras frescas hasta sobras de una deliciosa comida casera, estos guardianes de la frescura garantizan que los ingredientes mantengan su calidad, textura y sabor original durante días e incluso semanas.
Más allá de la función principal y necesaria que tienen estos electrodomésticos, es imprescindible saber cómo se ubican los productos dentro de los mismos para que así sea fácil su búsqueda y también se mantengan en las mejores condiciones.
La heladera puede convertirse en tu mejor amiga en la cocina si sabes cómo organizarla de manera adecuada. Prestar atención al orden de los estantes es clave para garantizar la frescura de tus alimentos y evitar posibles problemas de contaminación cruzada.
En los estantes inferiores, se recomienda reservar un espacio para colocar frutas, verduras y carnes crudas en envases adecuados. Esto se debe a que al posicionarlos en los estantes más bajos, se evita que los jugos de las carnes crudas goteen y contaminen otros alimentos. Además, mantener estos productos en envases herméticos ayuda a prevenir pérdidas de líquido y conserva sus propiedades por más tiempo.
Por otro lado, los estantes superiores son ideales para almacenar aquellos alimentos que están listos para ser consumidos o que han sido previamente preparados. Aquí puedes ubicar platos ya cocinados, productos lácteos, frutas y vegetales previamente lavados. Esta organización facilita el acceso a los alimentos que más consumes a diario, evitando que tengas que buscarlos entre otras provisiones.
Detalles a tener en cuenta con los alimentos refrigerados
Cuando se trata de conservar carne y pescado en la heladera, es esencial seguir ciertas pautas para garantizar la seguridad alimentaria y preservar su frescura.
El pescado requiere una atención especial. Es necesario consumirlo dentro de las 24 horas posteriores a ser comprado ya que son más propensos y sensibles a deteriorarse que otros alimentos. Por su lado, en el caos de comprar carne envasada al vacío, es mejor dejarla allí hasta que sea consumida. En cambio la carne que recién es cortada en la carnicería es recomendable colocarla en un tupper con tapa y luego llevarla a la heladera.