Yanina Alfaro es una empleada doméstica de 44 años que es viral en TikTok con más de 40 mil seguidores. La mujer se enganchó como muchos a la aplicación durante la cuarentena y cuando vio que otras personas subían sus rutinas diarias se le dio por mostrar lo suyo. Su trabajo captó el interés del público logrando inspirar a mucha gente.
“Lo que noté es que me siguen muchas chicas que limpian casas. Dicen que yo ‘inspiro’. Varias me preguntaron cómo logré mi primer trabajo. También por TikTok conseguí limpiar en una nueva casa. Me contactaron muchos interesados. Pero ya no tengo horarios disponibles”, explicó en diálogo con Infobae.
En sus videos de la app China muestra que su esfuerzo sí vale la pena: “No son cuatro horitas de trabajo las que hago, son 12 horas por día, de 7 a 19 horas”. Gracias a su dedicación se puede dar el gusto de viajar por todo el mundo. Además, aclaró que puede hacerlo gracias a que no tiene que pagar alquiler y que comparte gastos con su pareja Nicolás, que trabaja en una empresa de limpieza.
Cuando comparte la intimidad de su hogar en Ingeniero Maschwitz, sus seguidores aprovechan para hacerle todo tipo de preguntas, algunas de las cuales son claramente discriminatorias. Muchos consideran extraño que una empleada doméstica pueda disfrutar de una buena calidad de vida, con electrodomésticos modernos, una cocina impecable y la posibilidad de viajar con frecuencia.
“Vos te das esos lujos porque trabajás en la Municipalidad. Seguro que estás cobrando algo del gobierno. O sos una planera”, le comentaron. “Entonces empecé a mostrar como ‘la planera’ se levantaba a las cinco de la mañana a trabajar. Un poco por bronca mostré mi rutina porque me cansaron. En la Argentina si la estás pasando bien es porque sos planero, nunca va a ser por trabajo, siempre eso, o sino porque trabajás en el Gobierno, o porque estás robando. Eso es lo que se expresó en la cuenta”, destacó.“A mí me gusta disfrutar la vida. ¿A quién no? Uno no sabe hasta cuando va a vivir. Entonces, para disfrutar como yo quiero me tengo que levantar a las seis de la mañana, porque nadie me va a regalar nada. Me levanto temprano y después me doy una semana en el hotel más caro de Ushuaia”, expresó con orgullo.
La mujer cuenta que lo que cobra por hora depende si son muchas horas en la semana en la misma casa o si va una vez por semana que en estos casos pagan más. “Por lo general, no tengo casas a los que vaya varias veces a la semana. Por eso, hago la diferencia. Por ahí hay chicas que van todos los días a la misma casa 8 horas y cobran mucho menos de lo que cobro yo. Si están en blanco, se paga lo que dice el gremio que es poco”, comenta.
Sobre lo último, Yanina explicó que no le dan las horas para estar en blanco y sobre las que sí lo están considera que les pagan mal. “No alcanza para nada. Son 10 horas de estar afuera por 3600 pesos al día”. Sobre los cobros le recomendó a sus pares: “Tienen que cobrar desde 500 pesos la hora para arriba. Y lamentablemente, quien no pueda pagar, que no tenga empleada. Yo lo veo como un servicio de lujo. Hoy en día, una persona que deja tu casa impecable, y llegás y tenés todo como si fuera un hotel... es un servicio de lujo al que no todos pueden acceder”
Antes de ser empleada doméstica, Yanina se dedicaba a la gastronomía en una empresa en la cual tenía un buen puesto. Incluso le habían ofrecido un ascenso como encargada, pero ella tenía tomada la decisión de dejar el trabajo por su embarazo. “Ahora manejo mis tiempos. Si no voy a trabajar no es la muerte de nadie. No es que cuido chicos. Si un día no voy a limpiar, no pasa nada. Si me enfermo, no pasa nada. Si me tengo que pedir un día, tampoco. Si quiero vacaciones, menos. Y además lo cobro bien. Trabajando en una oficina cobraba mucho menos, entonces no me cerraba” expresó.
La mujer comenzó en la limpieza de hogares cuando su hijo cumplió 3 años: “Limpiar casas era lo único que podía hacer. Incluso podía llevar al nene al trabajo porque era muy tranquilo. Hasta que empezó el jardín”.
Su relación con el papá de su hijo Benjamín, que ahora tiene 16 años, no terminó bien. “Él era muy machista. Estábamos construyendo nuestra casa y yo no tenía ni voz ni voto sobre lo que había que hacer. Había maltrato psicológico. Él me decía: ‘Vos no podés opinar porque no terminaste el secundario’... Si yo aportaba... ¿mi plata no valía? Si además esa iba a ser mi casa”, comentó. Allí fue cuando decidió terminar el colegio secundario mientras transitaba el embarazo, tiempo después se separó.
Hoy en día vive en la casa que estaba construyendo con su exmarido y comentó que no recibe ninguna mensualidad del padre: “Lo mantengo íntegramente yo con mi trabajo”.
Yanina opinó que hay personas que les falta “garra”: “No están preparadas psicológicamente para el trabajo. Y hay otras que trabajan de cualquier cosa y le dan siempre para adelante. En Buenos Aires siempre algo se puede hacer. Nunca me faltó trabajo. De hecho, me sobra. Incluso, no me da el tiempo”.