Un hecho insólito ocurrió en el Cementerio Municipal de Caleta Olivia, en Santa Cruz. Dos jóvenes, en un fuerte estado de ebriedad, abrieron un ataúd para despedir los restos de un familiar que había fallecido por coronavirus. Cuando intentaban escapar, los profanadores fueron detenidos y, según explicaron a la Policía lo hicieron porque no pudieron estar presentes en el velatorio.
Este hecho habría ocurrido el domingo pasado y fue descubierto gracias a un grupo de vecinos que fue a limpiar y visitar las tumbas de sus familiares.
Cuando vieron el cajón profanado, no dudaron en alertar a los efectivos de la Comisaría Cuarta y les indicaron que dos personas alcoholizadas, de aproximadamente 20 y 22 años, habían abierto un ataúd y estaban por dejar el cementerio.
Cuando los uniformados llegaron al lugar observaron que los jóvenes habían dejado el cajón abierto y habían escapado. Sin embargo, los detuvieron a las pocas cuadras.
De acuerdo con lo que trascendió, el féretro se encontraba en un nicho y para justificar su actitud, los dos familiares explicaron que debido a las restricciones por el COVID-19 no pudieron estar presentes en el velorio para “darle el último adiós” y que por eso decidieron abrir el ataúd. Aparentemente los restos estaban en el nicho a la espera de ser cremados.
Poco tiempo después llegaron al Cementerio empleados del Municipio pero tuvieron que esperar algunas horas hasta que el personal del lugar nuevamente dejara el lugar bajo las condiciones exigidas por los protocolos sanitarios vigentes.
No fue el único inconveniente. La Policía, además, se vio obligada a dispersar a la gran cantidad de vecinos y curiosos que se acercaron para ver la insólita situación.