Para continuar sus estudios de asesoría legal, la australiana Caroline Bowman debía mudarse a otra ciudad. Tras una larga búsqueda, encontró el departamento de sus sueños en un edificio ubicado en Windsor, al noroeste de Sídney.
El plan de continuar sus estudios se desplomó cuando a las pocas semanas de su mudanza se enfermó. Caroline comenzó con dificultades respiratorias y dificultades para mantenerse en pie y caminar. Al pasar los dias su apetito disminuía, a tal punto de perder 15 kilos. “Tenía un dolor tan profundo con el que no podía hacer nada. En ese momento me diagnosticaron asma”, comentó.
Los médicos que la atendieron le diagnosticaron infecciones en sus fosas nasales, además de encontrar que había crecido moho negro en una de sus orejas. “El médico tomó un hisopo y había moho dentro de mi oído”, detalló la mujer. Debido a esto, al volver a casa inspeccionó cada rincón y notó que ese mismo hongo crecía detrás de las paredes y en el techo.
“Estaba limpiando la pared y me mareé. Hice un agujero y noté que estaba creciendo dentro de las paredes. Estaban negras. Pronto, todo el techo se cubrió de moho. Fue horrible”, comentó la estudiante. También expresó que los primeros médicos que trataron su caso le recetaron antibióticos que no le ayudaron, incluso la derivaron a un psicólogo que le sumó antidepresivos.
Cuando visitó a otros especialistas pudieron diagnosticarle el Síndrome de Respuesta Inflamatoria Crónica. Una de sus nuevas médicas quedó sorprendida tras ver fotografías del baño del departamento que la joven le mostró.
En 2017, dos años después de su llegada. Caroline dejó el lugar para mudarse con su madre. Además comenzó una disputa legal contra Housing NSW, quienes le alquilaron parte del edificio, para que le brindaran apoyo económica para realizar los tratamientos médicos y curar las secuelas de su enfermedad.
“Noté una mejora desde que me mudé. Definitivamente me siento mejor de lo que estaba, pero todavía hay un largo camino por recorrer”, sostuvo Bowman, quien fue tajante a la hora de describir lo sucedido: “Me han quitado la vida”, dijo a los medios la mujer de 39 años.