El acero inoxidable es un material popular en muchos hogares por su durabilidad y aspecto moderno. Sin embargo, mantenerlo impecable y sin marcas puede ser todo un desafío, especialmente en superficies como bachas de cocina, griferías, hornos y electrodomésticos. Afortunadamente, existen trucos caseros efectivos para limpiar estos elementos y mantenerlos relucientes.
El vinagre blanco es un limpiador natural excelente para eliminar manchas de agua, huellas dactilares y residuos de grasa del acero inoxidable.
Además, es un ingrediente que la mayoría de nosotros tiene en casa. El aceite, por su parte, ayuda a darle un acabado brillante y a prevenir que las marcas vuelvan a aparecer rápidamente.
Paso 1: Limpiar con vinagre
Primero, llena una botella con atomizador con vinagre blanco. Rocía generosamente la superficie de acero inoxidable que deseas limpiar y deja actuar durante unos minutos.
Luego, con un paño suave y limpio, preferiblemente de microfibra, frota la superficie siguiendo la dirección del grano del acero. Esto es clave para evitar rayar la superficie y obtener un acabado uniforme.
Paso 2: Secar y pulir con aceite
Una vez que hayas limpiado con vinagre, utiliza un paño seco para eliminar cualquier residuo. A continuación, aplica una pequeña cantidad de aceite (puede ser de oliva, bebé o incluso aceite mineral) sobre un paño limpio.
Vuelve a frotar la superficie de acero inoxidable, nuevamente en la dirección del grano. El aceite no solo añade un brillo extra, sino que también actúa como una capa protectora que ayuda a repeler el agua y las manchas.
Consejos adicionales
- Evita productos abrasivos: El uso de limpiadores en polvo o esponjas duras puede dañar el acabado del acero inoxidable.
- Mantenimiento regular: Para mantener el acero inoxidable en perfecto estado, es recomendable hacer una limpieza rápida con vinagre y aceite una vez a la semana.