El Evangelio de hoy, 23 de julio: “La gloria de mi Padre consiste en que den mucho fruto”

La liturgia ofrece la oportunidad de conocer las enseñanzas y mensajes que la Palabra de Dios transmite. Compartimos las lecturas del martes 23 de julio, según el Vaticano.

El Evangelio de hoy, 23 de julio: “La gloria de mi Padre consiste en que den mucho fruto”
"Jesús dijo a sus discípulos: “Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el viñador. Al sarmiento que no da fruto en mí, él lo arranca, y al que da fruto lo poda para que dé más fruto".

“Jesús insiste en el verbo “permanecer”. Lo repite siete veces en el pasaje del Evangelio de hoy. Antes de dejar este mundo e ir al Padre, Jesús quiere asegurar a sus discípulos que pueden seguir unidos a él. Dice: «Permanezcan en mí y yo en ustedes». Este permanecer no es una permanencia pasiva, un “adormecerse” en el Señor, dejándose mecer por la vida.

El “permanecer en Él”, el permanecer en Jesús que nos propone es una permanencia activa, y también recíproco. ¿Por qué? Porque sin la vid los sarmientos no pueden hacer nada, necesitan la savia para crecer y dar fruto; pero también la vid necesita los sarmientos, porque los frutos no brotan del tronco del árbol. Es una necesidad recíproca, es una permanencia recíproca para dar fruto.

El Señor quiere decirnos que antes de la observancia de sus mandamientos, antes de las bienaventuranzas, antes de las obras de misericordia, es necesario estar unidos a Él, permanecer en Él. No podemos ser buenos cristianos si no permanecemos en Jesús”. explicó Francisco, en Regina Caeli, 2 de mayo de 2021.

El Evangelio, que relata la vida y las palabras de Jesucristo, ocupa un lugar central en la celebración de la misa. La liturgia permite adentrarse en las enseñanzas que la Palabra de Dios nos transmite.

Aquí los textos del martes 23 de julio de 2024 según el Vaticano.

Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los Gálatas

Gal 2, 19-20

Hermanos: Por la ley estoy muerto a la ley, a fin de vivir para Dios. Estoy crucificado con Cristo. Vivo, pero ya no soy yo el que vive, es Cristo quien vive en mí. Pues mi vida en este mundo la vivo en la fe que tengo en el Hijo de Dios, que me amó y se entregó a sí mismo por mí.

"Pues mi vida en este mundo la vivo en la fe que tengo en el Hijo de Dios, que me amó y se entregó a sí mismo por mí", escribió San Pablo.
"Pues mi vida en este mundo la vivo en la fe que tengo en el Hijo de Dios, que me amó y se entregó a sí mismo por mí", escribió San Pablo.

Lectura del santo Evangelio según San Juan

Jn 15, 1-8

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el viñador. Al sarmiento que no da fruto en mí, él lo arranca, y al que da fruto lo poda para que dé más fruto. Ustedes ya están purificados por las palabras que les he dicho.

Permanezcan en mí y yo en ustedes. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco ustedes, si no permanecen en mí. Yo soy la vid, ustedes los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante, porque sin mí nada pueden hacer.

Al que no permanece en mí se le echa fuera, como al sarmiento, y se seca; luego lo recogen, lo arrojan al fuego y arde. Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y se les concederá. La gloria de mi Padre consiste en que den mucho fruto y se manifiesten así como discípulos míos’'.

Es Palabra de Dios.

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