El Evangelio de hoy, 20 de agosto: “Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja”

La Palabra de Dios transmite mensajes, enseñanzas y la oportunidad de reflexión. A continuación, compartimos la Liturgia católica del martes 20 de agosto de 2024, según el Vaticano.

El Evangelio de hoy, 20 de agosto: “Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja”
" todo aquel que por mí haya dejado casa, o hermanos o hermanas, o padre o madre, o esposa o hijos, o propiedades, recibirá cien veces más y heredará la vida eterna".

La respuesta de Jesús es clara: ‘Yo os digo: no hay ninguno que haya dejado todo sin recibir todo”. No hay término medio: ‘Ya lo ves, nosotros hemos dejado todo’, ‘recibiréis todo’. Hay sin embargo ‘esa medida desbordante con la que Dios da sus dones: ‘recibiréis todo. Nadie que haya dejado casa, hermanos, hermanas, madres, padres, hijos o hacienda por mí y por el Evangelio, que no reciba ya ahora en este tiempo quedará sin recibir cien veces más en casas, hermanos, hermanas, madres, campos, y la vida eterna que vendrá”, sostiene el Papa Francisco en la Homilía Santa Marta, 28 de febrero de 2017.

“Esta es la respuesta: ‘El Señor no sabe dar menos de todo. Cuando Él dona algo, se dona a sí mismo, que es todo’. Aquí está por tanto el ‘don de Dios: la plenitud aniquilada’. Y aquí está entonces también «el estilo del cristiano: buscar la plenitud, recibir la plenitud aniquilada y seguir por ese camino». Ciertamente un compromiso que «no es fácil». «¿cuál es el signo, ¿cuál es la señal de que yo voy adelante en este dar todo y recibir todo?» «El signo que nosotros vamos en este camino del todo y nada, de la plenitud aniquilada, es la alegría”, concluyó el Sumo pontífice.

El Evangelio, que relata la vida y las palabras de Jesucristo, ocupa un lugar central en la celebración de la misa. La liturgia permite adentrarse en las enseñanzas que la Palabra de Dios nos transmite.

Aquí los textos del martes 20 de agosto de 2024, según el Vaticano.

Lectura de la profecía de Ezequiel

Ez 28, 1-10

En aquellos días, el Señor me habló y me dijo: “Hijo de hombre, dile al príncipe de Tiro: ‘El Señor Dios dice esto:

Tu corazón se ha ensoberbecido y has dicho: Soy Dios, estoy sentado en el trono de Dios, en medio de los mares; pero eres hombre y no Dios, y te crees tan sabio como Dios; pretendes ser más inteligente que Daniel y conocer todos los secretos; con tu sabiduría y habilidad te has hecho rico, has amontonado oro y plata en tus tesoros; con astucia de comerciante has aumentado tus riquezas y te has ensoberbecido por tu fortuna“.

Por eso dice el Señor: ”Porque te has creído tan sabio como Dios, por eso mandaré contra ti a los más feroces de los pueblos extranjeros, que desenvainarán su espada contra tu esplendor y tu sabiduría y acabarán con tu grandeza. Ellos te matarán y el mar será tu sepultura.

¿Ante la mano misma de tus verdugos te atreverás a afirmar todavía que eres Dios, cuando no eres más que un hombre? Morirás como un pagano a manos de extranjeros, porque así lo digo yo, el Señor Dios’'.

Detalle de un vitral, de la Catedral de Bruselas (Bélgica), que representa Querubines y un Carruaje, visión del profeta Ezequiel.
Detalle de un vitral, de la Catedral de Bruselas (Bélgica), que representa Querubines y un Carruaje, visión del profeta Ezequiel.

Lectura del santo evangelio según San Mateo

Mt 19, 23-30

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Yo les aseguro que un rico difícilmente entrará en el Reino de los cielos. Se lo repito: es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de los cielos”.

Al oír esto, los discípulos se quedaron asombrados y exclamaron: “Entonces ¿quién podrá salvarse?” Pero Jesús, mirándolos fijamente, les respondió: “Para los hombres eso es imposible, mas para Dios todo es posible”.

Entonces Pedro, tomando la palabra, le dijo a Jesús: “Señor, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido, ¿qué nos va a tocar?” Jesús les dijo: “Yo les aseguro que en la vida nueva, cuando el Hijo del hombre se siente en su trono de gloria, ustedes, los que me han seguido, se sentarán también en doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.

Y todo aquel que por mí haya dejado casa, o hermanos o hermanas, o padre o madre, o esposa o hijos, o propiedades, recibirá cien veces más y heredará la vida eterna. Y muchos primeros serán últimos y muchos últimos, primeros’'.

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