Antonela Roccuzzo compartió en sus redes la letra de la canción que está en boca de todos los argentinos (y de la propia Selección), copiada de puño y letra por su hijo mayor, Thiago. Se trata de la ya célebre “Muchachos, ahora nos volvimos a ilusionar” que suena en cada banderazo y cada partido. De hecho, ya se ha cantado tanto en territorio nacional como en Qatar y, seguramente, incluso en Bangladesh y la India, donde apoya fervientemente a la Albiceleste.
Este escrito de Thiago sin duda debe haber entrado directo en el corazón del capitán argentino. Es que se puede ver a Leo Messi disfrutando de este Mundial, ya sea por el andar de la Selección que está otra vez en la puerta de la gloria, por el grupo que se formó en todo este ciclo, pero también, por ellos, por sus hijos que están presentes y bien conscientes de lo que está jugando su papá, detalla Olé.
Previo a la final, a lo que él mismo dijo que será su último partido del Mundial, no puede haber mejor motivación posible para el astro. El va detrás del sueño de Thiago, que representa a los millones de niños y niñas argentinas que desean verlo campeón.
Escrito en lo que parece ser un cuaderno, y con lápiz, Thiago habla ahí mismo de su papá: “En Argentina nací, tierra del Diego y Lionel...”, arranca el mayor de los herederos. Imposible no sentirlo como propio, al punto que su mamá decidió hacerlo público. El final, claro, es conocido, pero puesto en su puño y letra multiplica la ansiedad argentina que se vive en estas horas: todos quieren ver esa imagen, la mayoría del planeta fútbol desea ver a Leo levantar la Copa del Mundo. Los argentinos, ni hablar.
El mensaje de Messi
“Desde el principio hasta el final que están presentes en mi cabeza. Mis hijos ahora están más grandes y poder ver cómo entienden todo, cómo disfrutan y también sufren, es especial. El resto de mi familia ya estuvo en Mundiales, en Copas América, pero ellos no”, contó Leo sobre su felicidad en Qatar 2022. Thiago, a horas de la final, ya le dejó a su papá el mejor mensaje que podía esperar...
