Un hecho insólito ocurrió en México, cuando una funeraria de Baja California entregó a los familiares de una difunta por coronavirus un ataúd sin el cuerpo de la fallecida en su interior. Según se pudo saber, fueron los propios familiares los que se percataron al notar un peso demasiado bajo.
La fallecida era una mujer de 76 años que había muerto por complicaciones derivadas del coronavirus y, el día de su entierro, justo antes de darle sepultura, los familiares presenten pidieron a los trabajadores de la funeraria que abrieran el ataúd ante las sospechas por el peso que tenía.
Aseguraban que la difunta era una mujer delgada, pero no justificaba el peso tan liviano, por lo que los trabajadores procedieron a abrir la caja y descubrieron que, efectivamente, no había ni rastro de la fallecida y solo había una tela en el féretro.
La familia decidió llamar a la policía para testificar sobre los hechos y la funeraria reconoció el error y explicó que habían metido a la difunta en otro féretro sin comprobar que fuera el correcto.