Cuidar las toallas pareciera ser una tarea sencilla. Para muchos es cuestión de meterlas dentro del lavarropas y listo. Pero lo cierto es que una verdadera higiene de estas prendas esenciales del hogar requiere de ciertos cuidados que valen la pena debido a que garantizan que las toallas se mantengan libres de manchas y olores desagradables.
Si bien es clave lavarlas, los especialistas aseguran que pueden utilizarse hasta cuatro veces antes de cambiarse. Lo que no puede ocurrir es que las abandones arrugadas y amontonadas en el suelo, sino que, después de haber sido usadas, deben extenderse en un espacio ventilado para que se sequen.
Con esta premisa aclarada, el lavado requiere de otros cuidados, por ejemplo, hacerles un prelavado con agua fría, vinagre y limón antes de ponerlos en la lavadora. Se trata de un remojo que elimina manchas y que las hará sentir más suaves y frescas cuando estén secas.
Lo aconsejable es lavar todas las toallas juntas sin otras prendas a las que se les puedan transferir gérmenes y bacterias. La ventaja es que esto permite un ajuste más sencillo de la configuración de lavado. A su vez, no es necesario usar una gran cantidad de jabón: el excedente provocará que las telas queden rígidas una vez secas.
Otro tips, por más loco que suene es separar las toallas blancas de las de color para el lavado. En el caso de las blancas, se deben lavar en un programa para algodón con agua caliente porque ayuda a mantener el brillo y elimina los gérmenes y bacterias.
En el caso de las coloridas necesitan de una configuración de lavado de agua tibia para evitar que se destiñan. Para eso, se sugiere agregar una taza de vinagre blanco para fijar los colores.
Las toallas limpias ¿se lavan antes de usarse?
No nos los dicen, pero conviene lavar las toallas nuevas (los toallones también) antes de usarlas, porque los fabricantes suelen agregar químicos para dar una apariencia y una sensación esponjosa que bloquean la absorción. Para que se vean así, y no te dañen la piel, lo mejor es una pasada por el lavarropas con jabón y media taza de vinagre, que hará que se abran las fibras y les devuelva la frescura.