El miércoles 8 de mayo se celebra una vez más el Día de la Virgen de Luján, patrona de Argentina, con diversas conmemoraciones y misas que tendrán lugar en la Basílica de Luján.
Esta festividad es de gran relevancia para la comunidad católica del país y se espera un importante movimiento en la ciudad homónima, ubicada a unos 70 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires.
En honor a la Solemnidad de Nuestra Señora de Luján, la Basílica ha programado una serie de actividades especiales y misas en honor a la Patrona de Argentina, quien representa la Inmaculada Concepción y es un símbolo de fe para muchos fieles en el país.
La historia de la Virgen de Luján en Argentina se remonta a 1630, cuando las primeras imágenes llegaron al puerto de Buenos Aires desde San Pablo, Brasil.
Con el tiempo, la figura original ubicada en Luján ganó popularidad y, para 1763, ya se había inaugurado el primer santuario en su honor, visitado por varios próceres argentinos durante la época de la emancipación.
En 1886, se presentó al papa León XIII una petición para la coronación de la Virgen, la cual fue bendecida al año siguiente.
Desde entonces, el 8 de mayo se celebra su festividad, convirtiéndose en la representante de la fe católica argentina y siendo reconocida como la patrona de las rutas, la Policía Federal Argentina y los ferrocarriles argentinos.
La Basílica de Luján ofrecerá misas en horarios regulares, donde se rezará especialmente por la Madre de Luján, la Madre de Jesús y de la Iglesia, y se pedirá por Argentina y su pueblo.
Así es la oración a la Virgen de Luján
Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra. Nuestra Señora de Luján, Patrona de nuestra Patria; hoy alzamos nuestros ojos y nuestros brazos hacia tí... Madre de la Esperanza, de los pobres y de los peregrinos, escúchanos...
Hoy te pedimos por Argentina, por nuestro pueblo. Ilumina nuestra patria con el sol de justicia, con la luz de una mañana nueva, que es la luz de Jesús. Enciende el fuego nuevo del amor entre hermanos.
Unidos estamos bajo la celeste y blanca de nuestra bandera, y los colores de tu manto, para contarte que: hoy falta el pan material en muchas, muchas casas, pero también falta el pan de la verdad y la justicia en muchas mentes. Falta el pan del amor entre hermanos y falta el pan de Jesús en los corazones.
Te pedimos madre, que extingas el odio, que ahogues las ambiciones desmedidas, que arranques el ansia febril de solamente los bienes materiales y derrama sobre nuestro suelo, la semilla de la humildad, de la comprensión. Ahoga la mala hierba de la soberbia, que ningún Caín pueda plantar su tienda sobre nuestro suelo, pero tampoco que ningún Abel inocente bañe con su sangre nuestras calles.
Haz madre que comprendamos que somos hermanos, nacidos bajo un mismo cielo, y bajo una misma bandera. Que sufrimos todos juntos las mismas penas y las mismas alegrías. Ilumina nuestra esperanza, alivia nuestra pobreza material y espiritual y que tomados de tu mano digamos más fuerte que nunca: ¡ARGENTINA! ¡ARGENTINA, CANTA Y CAMINA!